martes, 22 de septiembre de 2015
La industria de relojes de lujo en Suiza se enfrenta al reto del reloj inteligente
La tienda de relojes Beyer, en la prestigiosa Bahnhofstrasse de Zurich, ha vendido relojes desde 1760. Va a tomar algo más que un franco suizo fuerte, desorden en los mercados financieros asiáticos y el surgimiento del reloj inteligente de Apple para poner nerviosos a sus inmaculadamente vestidos asistentes en la tienda.
Sin embargo, esta semana, se vieron señales de que la industria relojera suiza no estaba funcionando como debiera. Un informe de Deloitte muestra que el pesimismo acerca del futuro económico estaba en su punto más alto desde al menos 2012, cuando se lanzaron las encuestas anuales de la consultora.
Hasta arriba de las listas de preocupaciones de los ejecutivos estaban la débil demanda extranjera y la fortaleza de la moneda suiza. El franco suizo se ha revaluado 10 por ciento contra el euro desde el principio del año, cuando el Banco Nacional Suizo abandonó sus intentos de limitar su valor.
Pero a pesar de la calma en la Bahnhofstrasse de Zurich, la preocupación acerca de los relojes inteligentes también se incrementó fuertemente. Hace un año, sólo 11 por ciento de los encuestados estaban preocupados por la amenaza competitiva. Este año subió a 25 por ciento.
El creciente nerviosismo surge a raíz de que los relojes inteligentes se están desplazando hacia los mismos segmentos de lujo que los relojes suizos de alta calidad. El mes que entra, por ejemplo, los relojes de Apple con correas de cuero de Hermès serán lanzados al mercado.
“El mercado del reloj inteligente está evolucionando — están tratando de acercarse a un segmento menos familiar con la tecnología, al volverse más bien accesorios de moda”, dice Jules Boudrand, uno de los autores del reporte Deloitte. La amenaza mayor es en el mercado para relojes con valor menor a SFr1,500 (€1,370), advierte.
Enfocándose al segmento superior del mercado, la industria relojera suiza — la mayor del mundo en cuanto al valor de sus exportaciones — había asumido que podría enfrentarse al reto del reloj inteligente. Pero los fabricantes suizos han tenido un año turbulento.
Las ventas han sufrido debido a la incertidumbre sobre el futuro económico en los mercados emergentes de Asia y Latinoamérica — y adicionalmente China, debido a una restricción de los regalos extravagantes. Las exportaciones de relojes suizos en julio estaban 9.3 por ciento por debajo del año pasado; y las ventas en Asia se redujeron 721.4 por ciento.
La pesadilla para los ejecutivos de relojes suizos sería si los relojes inteligentes ganaran la batalla por las muñecas de los ricos — ganado el espacio donde se usan normalmente estos cronómetros.
No quieren que se repita la crisis que la industria relojera suiza enfrentó en 1980, cuando no pudo enfrentarse al reto de los relojes de cuarzo de fabricación japonesa.
La industria suiza aún está lejos de ese punto. La encuesta de Deloitte mostró que el optimismo de los fabricantes de relojes suizos acerca de ventas en EEUU — cuna del reloj inteligente — estaba en el punto más alto. Los precios de acciones de fabricantes de bienes de lujo brincaron esta semana después de un informe inesperadamente optimista de Richemont, la compañía suiza de bienes de lujo. Las ventas de sus relojes Cartier aparentemente ayudaron.
Además, la preocupación sobre los relojes inteligentes está fomentando la innovación a través de la industria suiza, lo que podría ayudar a las ventas a largo plazo. “En el segmento inferior del mercado suizo se siente más ansiedad que hace un año”, dice Jon Cox, analista de capital de Kepler Cheuvreux. “Los relojes inteligentes van a ocasionar alguna pérdida de participación en el mercado e impactarán a los ingresos, pero podrían también darle vigor a otros sectores”.
Nick Hayek, director ejecutivo de Swatch, le dijo al periódico Schweiz am Sonntag el fin de semana pasado que había aprendido la lección de la década de los 1980 — cuando su padre utilizó Swatch para dirigir el rescate de la industria relojera suiza.
Hoy día es “una de las industrias más innovadoras del mundo”, aseveró. Apple creó oportunidades para Swatch al empujar la demanda de sus propios “relojes inteligentes”, dijo. “Desde 2000 hemos tratado de vender esos relojes — sin éxito. Ahora Apple está aquí y eso aumenta el interés”.
Mientras tanto, Montblanc lanzó este año “e-Straps” para sus relojes, que se enlazan con relojes inteligentes.
Hay una corriente de pensamiento que contrasta con esto, que afirma que al alentar a la generación joven a utilizar dispositivos en sus muñecas, los relojes inteligentes están asegurando el futuro de los relojes de lujo.
Los relojes suizos caros y de alta calidad seguirán siendo un medio para que los ricos se sigan distinguiendo, arguye R. James Breiding, autor del libro Swiss Made — la historia del éxito industrial suizo. “Mientras haya vanidad, y los relojes suizos sean una manera de reflejarla, habrá mercado para ellos”.
En la tienda Beyer, en la Bahnhofstrasse de Zurich, el Sr. Baumgartner dice que los empresarios de la tecnología se encuentran entre sus mejores clientes — ya que aprecian los valores de sus productos tradicionales. Un reloj que se compra en su tienda no necesita recargarse ni poner al día su software.
“Cuando lo tienes en tu muñeca, simplemente funciona”, dice.
Ralph Atkins (c) 2015 The Financial Times Ltd. All rights reserved
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