Las aceras son diseñadas exclusivamente para el desplazamiento del peatón, pero en la capital de la República Dominicana no es extraño verlas ocupadas con vehículos estacionados, obligando a las personas a tomar las calles.
Esta acción es cometida por conductores con licencias de todas las categorías, desde aquellos que se desplazan en vehículos de liviano peso, como motocicleta, hasta por los que conducen camiones de volteos. No importa, si se trata de una yipeta último modelo o un carro deteriorado, igual son aparcados en las aceras cercanas a instituciones públicas, centros médicos, empresa privadas o comercios.