lunes, 7 de enero de 2013

Asesino que mató mujeres pretendía continuar matanza con miembros de su propia familia


María Luisa López
Santo Domingo
El hombre que el pasado 30 de diciembre asesinó a tres mujeres y una niña de dos años de edad, luego de cometer este hecho, pretendía continuar con su matanza y las próximas víctimas serían su madre, su tía y su primera pareja.
Según la versión de una tía de Gabriel Enmanuel Lamí Román, la cual no quiso ser identificada, la mañana de ese domingo, María Jeanett Román Hernández se encontraba en la casa de su hijo porque el viernes anterior éste había tomado veneno para ratas (Tres Pasitos), por lo que ella fue a su departamento, pero al querer salir de allí, él se lo impidió encerrándola en una de las habitaciones de la vivienda y, tras amenazarla de muerte, salió a buscar un arma para matarla.
El asesino-homicida se dirigió a la casa de un amigo, quien era agente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET),  de allí salió con la pistola del agente y regresó nuevamente a su residencia en busca de Román Hernández, pero ésta ya había sido liberada por varias personas  que escucharon sus gritos. Tras esta acción,  el hombre se molestó y quiso dispararle a un vecino suyo culpándolo de haber liberado a su madre, pero por suerte, no lo encontró.
El joven, furioso, salió en busca de las que serían sus próximas víctimas: Vicky Thalía Irrizari Méndez, quien fue su pareja; la madre de ésta, Sahara Méndez Castillo; su hermana,  Yeimi Rosanny Luciano Méndez y su sobrinita  Mía Camila Féliz Luciano.
La tía señala que el mismo vecino a quien Lamí Román quería matar, la llamó para informarle de todo lo que estaba ocurriendo, pero que ella se encontraba en el interior del país, por lo que inicia su afán para advertir a Vicky. La llamó a su celular pero quien le contestó fue Lamí Román. Este le dijo que a ella también la mataría. Explicó que su sobrino tenía el celular de Vicky porque se había quedado con el aparato el día de Nochebuena luego del incidente en que la familia de la muchacha impidió que él la raptara.
Indicó que en el camino hacia la casa de Vicky, el asesino llamó a la que fue su primera pareja y también la amenazó de muerte y lo mismo hizo con su madre. Explica que no tenían el teléfono de la casa de Vicky así que llamaron al padrino de Lamí Román que vivía frente al edificio donde ocurrió la matanza. Pero esta persona también se encontraba fuera de la ciudad, así que trató de llamar a su casa, pero nadie levantaba el teléfono, al parecer, la tragedia ya había ocurrido.
La tía aduce que su familia también fue víctima de Lamí Román, ya que anteriormente habían sido amenazados e incluso, en varias ocasiones, trató de matar a otros parientes. Puso como ejemplo que, hace dos años, el joven trató de matar a su hermana asfixiándola.
Sin embargo, la mujer manifiestó que no le sorprende que Vicky se haya enamorado de su sobrino, ya que según dijo, éste tenía doble personalidad.
“Tú lo conoces y te involucras fácilmente con él. Pero él tenía una doble vida. Si él se acercaba a ti y no podía conseguir contigo lo que él quería, se ponía agresivo y violento, y si tenía que coger esa silla y rompértela arriba, él te la rompía”, dijo.
Adolescencia y problemas 
Según su tía, de niño, Lamí Román era una persona normal, hasta que a los 14 años de edad muere su abuela materna con quien había vivido toda su vida, ya que su madre trabaja en una casa de familia y no podía tenerlo.

Luego de este suceso, el joven no tenia residencia fija y estuvo viviendo en casa de varios familiares, incluso donde la tía que está dando esta versión.  Ella explica que, en ese entonces, el adolescente duró un mes viviendo en su casa y estando allí le hizo una deuda de 27 mil pesos en el teléfono. Otro suceso que recuerda es que un día le tomó el carro prestado, supuestamente para escuchar música dentro de él, y se lo devolvió totalmente destruido, en ese momento ella lo echó de su casa. 
Con su padre el joven tampoco tuvo mucho contacto, a tal punto que cuando se suicidó el pasado domingo hacía 10 años que su papá no lo veía. Fue su tía quien llamó al padre para informarle lo que había ocurrido.  Lamí Román tenía, además, cuatro hermanos pero con ninguno se llevaba bien.
Según la tía, conforme fueron pasando los años, la agresividad de su sobrino empeoró, hasta el punto de que producto de los maltratos que recibió su primera pareja cuando estaba embarazada, su hijo nació con problemas neurológicos.
Incluso, durante el embarazo,  la mujer tuvo que amanecer en el baño muchas veces para evitar que Lamí Román le hiciera daño y esperar que éste se fuera a trabajar al día siguiente para poder salir.  Al otro día, el hombre se comportaba de forma normal con su esposa, como si no hubiese pasado nada la noche anterior.  Explica que hasta hace poco su sobrino laboraba como chofer en un banco y que llegó a concluir los estudios de bachillerato pero no fue a la universidad.
Cuando el joven conoce a Vicky, ésta le insiste en que quiere conocer a su familia, pero él se negaba rotundamente, entonces ella encuentra el teléfono de una tía  en el celular de él y logra contactarla para  preguntarle porqué la negación de su sobrino y, ahí, es donde se entera de lo sucedido con Lamí Román durante toda su vida.
Esta llamada la realizó Vicky unos diez días antes de morir a manos de su verdugo, cuando ella decidió dejarlo porque éste la había golpeado y no la dejaba ver a su único hijo ni a su madre.
El domingo 30 de diciembre Lamí Román, con pistola en mano, llegó a la casa de Vicky, la mató, luego le disparó a su cuñada, a su suegra, y a otra hermana de Vicky a quien una de las balas le rozó el cuello. Según versiones, esa misma bala fue la que le quitó la vida a la pequeña Mía.
La tía señaló que su sobrino, luego de cometer el hecho, se quitó la vida porque se sintió rodeado por agentes policiales que ya se encontraban fuera del edificio donde ocurrió la tragedia. Según dice, de no ser por esto, el joven habría cumplido con sus amenazas de matar a varios miembros de su familia.

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