El presidente Danilo Medina entregó ayer RD$2,800 millones como avance a los ingenieros que resultaron ganadores de la licitación para la construcción de 341 nuevas escuelas a nivel nacional.
Medina adelantó que este mismo mes se llamará a licitación para la construcción de otras aulas y que el avance para iniciar esos proyectos será entregado en febrero próximo. Garantizó que las cubicaciones serán entregadas a tiempo para evitar excusas de que las obras están retrasadas por falta de fondos.
Advirtió que desde el Gobierno se dará un seguimiento estricto a la construcción y fiscalización de cada una de las obras, de modo que los ingenieros que incumplan no tendrán excusas cuando sean despojados de ellas por incumplimiento.
Medina dijo esperar que los ingenieros actúen con seriedad y responsabilidad, utilizando de manera transparente los recursos económicos que el pueblo, a través del Gobierno, ha depositado en sus manos.
“Siempre había querido que las obras públicas se asignaran de esta manera y me llena de regocijo poder ver realizada esta ilusión que siempre he tenido. Siempre he creído que a las personas hay que darles oportunidades”, precisó.
Respaldo
El inicio de la primera fase de construcción de 10,000 nuevas aulas dispuestas por el Estado es considerado por ingenieros, ferreteros y representantes del Gobierno como un hecho sin precedentes en la historia del país. Entienden que la iniciativa impactará positivamente la economía y en la generación de empleos.
La presidenta del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), Esther Morillo; el expresidente de esa institución, Teodoro Tejada, y el director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), Miguel Pimentel, coincidieron en que involucrar a todos los ingenieros en el sorteo de las obras representa un proceso transparente que colocó al presidente Danilo Medina en una posición de credibilidad y cumplimiento ante la nación.
La Ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, establece que todos los ingenieros civiles y arquitectos colegiados pueden participar en los sorteos y de igual forma, señala, que se deben clasificar a los proveedores de cualquier proyecto.
Morillo expresó que valora la iniciativa ya que es un reclamo que tenía ese sector, el cual pedía la aplicación de la ley 340-06 en el sentido de que algunos mecanismos desfavorecían a los colegiados porque en los concursos se establecían ciertos términos de referencia, sobre todo financieros y a veces técnicos, con los que la mayoría quedaba excluida, cuando el interés de la ley era la inclusión.
Refirió que el hecho tendrá un impacto positivo económico puesto que ahora los ingenieros desempeñarán y arquitectos tendrán la oportunidad de desempeñar su función y añadió que la mayoría tenía que dedicarse a un oficio que no correspondía a sus estudios profesionales y que esto les da la oportunidad a todos los colegiados de competir en igual condición.
Respecto a un segundo sorteo, la presidenta del Codia opinó que debe precalificar a todo aquel que aplique para las nuevas obras. Informó además que algunos de los ganadores de las que trabajan en instituciones del Estado fueron descalificados.
Mientras, Tejada refirió que a pesar de creer que la entrega de las obras es un gran avance en el país, no está de acuerdo con el anuncio de un segundo sorteo para este mes, pues lo considera muy acelerado.
“No es lo mismo trabajar 45 ó 50 obras a la vez que 372 pidiendo al mismo tiempo cemento, varillas y demás materiales. Llamo al Presidente a que se planifique mejor esta medida para luego no lamentarnos”, afirmó Tejada.
Explicó que de las 372 obras, 340 serán nuevas construcciones y las demás 32 consistirán en remodelaciones y ampliaciones.
En tanto, el director de la Oisoe, Miguel Pimentel, afirmó que se creará una cadena de empleos en cada provincia, pues el hecho de repartir los recursos a nivel nacional va a repercutir en que todas las ferreterías venderán sus mercancías para las construcciones de las obras, y que además implicará en los distintos trabajos que arrastren las construcciones por ejemplo las ventas de comidas, quienes transporten los materiales y los mismos obreros, que serán de las zonas aledañas a las obras.
Explicó que esa institución tiene la función de supervisar que la obra sea sólida, porque en un futuro, estas serán albergue para cualquier fenómeno que se pueda presentar y ante cualquier terremoto debe cumplir con todos los estándares adecuados.
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