jueves, 15 de julio de 2010

Argentina autoriza matrimonio homosexual en una reñida votación parlamentaria

BUENOS AIRES.- Argentina se convirtió hoy en el primer país latinoamericano en autorizar el matrimonio homosexual, tras un reñido debate en el Senado que se prolongó durante casi 15 horas y que reflejó la profunda división política y social que vive el país.

El proyecto de ley impulsado por el gobierno de Cristina Fernández fue aprobado por 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones, en una sesión calificada como "histórica" por medios locales.

La iniciativa fue aprobada tras un largo debate, acalorado por momentos, en el que los senadores expusieron sus opiniones sobre el proyecto gubernamental (peronista), mientras defensores detractores de la iniciativa se manifestaban frente al Senado para reivindicar sus posiciones.

Oficialistas y opositores se enzarzaron en una discusión de resultados imprevisibles debido a las discrepancias internas en uno y otro bloque y a las fuertes presiones, políticas y religiosas, a las que fueron sometidos los senadores.

Algunos de los legisladores, como el oficialista Marcelo Fuentes, aprovecharon sus intervenciones para criticar la ofensiva de la Iglesia contra el matrimonio gay.

En esta "guerra de Dios", como la calificó el cardenal Jorge Bergoglio, la Iglesia ha desplegado una agresiva campaña que ha incluido movilizaciones, arengas desde los púlpitos, sanciones para los sacerdotes discrepantes y "consejos" a los senadores en cuyas manos estaba el voto del proyecto de ley.

Una actitud que, a juicio de Fuentes, "tiene poco que ver con la ponderación" y con la postura "conciliadora" que se espera de la Iglesia católica.

Además de valoraciones sobre el papel de la Iglesia, las interminables intervenciones de sus señorías recogieron argumentos para todos los gustos, algunos tan extravagantes como el de Sonia Escudero, quien rechazó el proyecto por considerar que "la relación hombre-mujer es fértil, la relación homosexual es estéril, y como es diferente hay que darle una regulación diferente".

En el extremo opuesto, Luis Juez, que se reconoció "cristiano y fanático de la Virgen", recordó que "ni siquiera en la Biblia se ha encontrado un párrafo donde Cristo se enojara con los homosexuales".

"No me da la inteligencia natural para aceptar que es lo mismo la unión de heterosexuales con la de homosexuales", admitió el opositor Arturo Vega.

Al calor de la discusión, algunos se explayaron en detalles sobre su vida privada, como Chiche Duhalde, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde, quien, como si revelara un secreto de Estado, confesó: "tengo amigos homosexuales, parientes homosexuales y no tengo ningún problema".

En la larga sesión de hoy hubo también espacio para que los senadores impartieran lecciones científicas sobre la vida sexual de las plantas, de los pingüinos, ofrecieran listas de gays ilustres, repasaran la historia argentina, la Historia universal, la Constitución y hasta relataran sus experiencias personales sobre matrimonios en segundas nupcias.

No faltaron tampoco alusiones al modo de vida de la comunidad homosexual, con comentarios como "son igual que nosotros, viven como nosotros, sienten como nosotros", como si sus señorías se estuvieran refiriendo a seres de otro planeta.

Demasiada dialéctica para resolver una cuestión que el senador Eugenio Artaza resumió en una frase: "¿Por qué tenemos que hacer tanto esfuerzo para impedir que otras personas tengan los mismos derechos que nosotros?".

Mientras, y a pesar de las temperaturas polares que se viven en estos días en Buenos Aires, cientos de personas aguardaron durante horas en la plaza del Congreso a la espera del resultado del debate.

Bajo pancartas gigantes con lemas como "Sólo varón y mujer" o "Yo quiero un papá y una mamá", grupos contrarios al matrimonio homosexual, rosario en mano, rezaron una letanía de avemarías para pedir por el rechazo a la propuesta gubernamental.

Enfrente, grupos de derechos humanos y colectivos homosexuales reivindicaron el matrimonio homosexual con proclamas como "Sácate la sotana" y "Saquen sus rosarios de nuestros ovarios", arropados por organizaciones oficialistas, y celebraron con gritos de júbilo la decisión del Senado.

Sólo cuatro ciudades argentinas admitían la unión civil entre personas del mismo sexo, aunque desde diciembre al menos ocho parejas homosexuales se casaron en el país mediante habilitaciones judiciales, aunque algunos enlaces fueron posteriormente anulados.

La Ley de Unión Civil de la ciudad de Buenos Aires, aprobada a finales de 2002, supuso el primer antecedente en el país y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.

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