Con una paletera medianamente surtida paga casa, pasaje y la comida suya y de su hija. "E' de ahí que lo pago" afirma con rebosante satisfacción.
Es cliente de Banca Solidaria, que le ha prestado con la garantía de un vendedor de frituras, su vecino por los lados de la Lotería Nacional, en Santo Domingo.
Yoquelis Rodríguez tiene 32 años, es pobre, pobrísimo sería mejor decir, y buena paga. Uno o dos pagarés le faltan para saldar el préstamo. "Los pobres son buena paga", dijo una vez y repitió mil veces el presidente Danilo Medina, para quien el crédito es un derecho humano. Banca Solidaria le prestó a una tasa de interés mensual de un 1%.
Hasta aquí la historia de Yoquelis fuera la de cualquier dominicano o dominicana emprendedor, como los hay muchos, si no dijéramos que es una persona con discapacidad. "Yo era un niño normal" confiesa, hasta que unas fiebres alteraron su crecimiento y lo encarcelaron a vivir en una cama. Decidió liberarse, primero, con la ayuda de unas muletas, y después, siendo emprendedor, para "no depender de nadie ni molestar a nadie.(…) ni tan siquiera para pedir un grano de azúcar."
Con orgullo, con dignidad, con inteligencia y alegría, ha ido venciendo las adversidades con las que ha tropezado su vida.
Con profundo respeto, con infinita admiración, presentamos este video corto, recorrido de un día en la vida de Yoquelis, desde que ese levanta hasta que se acuesta.
Conocerle, reconocerle, es remedio al quebranto: espanta la frivolidad y los miedos inducidos. Es un rocío de certezas.
0 comentarios:
Publicar un comentario