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¿El mujeriego, nace o se hace?
Mujeriego, donjuán, casanova… Que más da cómo lo llamen. El perfil es el mismo: un rompecorazones decidido a vender falsos sueños con tal de alargar su lista de conquistas.
Son detectables a simple vista. Pero siempre se las ingenian para apuntar su flecha al corazón de alguna mujer ilusa que, con la esperanza de atraparlo, cae en sus redes y acepta sus engaños.
¿Nacen o se hacen? ¿Por qué actúan así? ¿Tienen posibilidades de cambiar?
“No se nace siendo mujeriego”, responde enfático el psiquiatra Douglas J. Romero. “Actuar de esa forma es una elección. Muchos de ellos dicen ‘es que yo soy así’ o ‘tú sabes como yo soy’. El mujeriego siempre tiene mil excusas para sus parejas y para ellos mismos, para justificarse el hecho de que están hiriendo constantemente a las personas que se suponen que más aman”.
El doctor aclara que “la crianza y las experiencias que ese hombre tuvo durante su vida lo van a influenciar, pero siempre que tomamos una acción es una elección. Y las elecciones que tomamos en nuestra vida siempre las podemos cambiar”.
El psiquiatra añade que como parte del perfil de este hombre, “el egoísmo lo lleva a ser mujeriego”. El donjuán, “al tener varias parejas, tiene que tomar una decisión entre algo que ‘sé que va a herir a alguien’, versus trabajar para formar una relación profunda emocionalmente con su pareja”.
Por otro lado, hay quienes piensan que el hombre que actúa de este modo esconde una posible homosexualidad. Al respecto, el doctor aclara que se trata de una creencia falsa, ya que “la mayoría de los hombres mujeriegos simplemente siguen sus impulsos sin importarle genuinamente que hieren a sus parejas”. Y aunque sí hay casos de “una persona homosexual que actúa como mujeriego para ‘probarse’ o compensar”, lo cierto es que “son casos raros, la excepción”. Mas Información
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