Fue una acción rápida y macabra. Frìa. Delante de todos.
Reyes Martínez fue a un centro de Internet de la calle 12 de Octubre, de Los Mina Viejo. Fue al lugar a "navegar" como hacen los muchachos. Iba acompañado de su novia.
Pero observó que "dos hombres raros" lo estaban mirando en forma extraña y se refugió en el baño del lugar. Temía que lo asesinaran.
Su temor no era infundado. Los dos hombres, que se identificaron como "policías", penetraron al establecimiento, siguieron para el baño y lo sacaron de allí esposado.
-"Ellos lo iban a matar aquí adentro y yo le dije que si lo iban a matar que lo hicieran afuera", dijo un testigo que estaba en el centro de Internet.
Narró que el muchacho imploraba que no lo mataran.
-"¡Tú sabes que hace mucho que te estamos buscando para matarte!", le respondió uno de los dos "policìas".
-"Por favor, no me maten", gemìa Reyes Martínez un jòven que quizás pesaba unas 120 libras. Difícilmente màs. Era un alfeñique.
Ante la vista de todos y esposado, lo ejecutaron. Frìamente.
El primer disparo se lo hicieron en el costado o la pierna izquierda, hay dos versiones. Cuando ya estaba en el suelo, desangrándose, uno de los dos policìas, "sobó la pistola", lo agarró por el cuello y le hizo tres disparos a quemarropa. Una de las balas le penetrò casi por encima del ojo izquierdo. Le hicieron brotar parte de la masa encefálica.
Después, con la frialdad de los asesinos, miraron para todas partes. La gente los observaba espantada y aterrorizada.
Uno de los "policìas" le quitó las esposas ensangrentadas y se las llevó. Se fueron tranquilamente, sin inmutarse. En el pavimento, en medio del polvo, acababa la vida de Jesús Reyes Martínez. Horas después llegaron los investigadores.
La gente, que apenas el dìa antes felicitaba a la policìa por su acción contra los militares asaltantes de Parmalat, esta vez los maldecìa y los veía como verdugos asesinos.
Reyes Martínez habìa sido señalado por la Policìa como uno de los presuntos asesinos del segundo teniente Valdemiro Olivero Olivero, y de herir al raso Canoabo Ramírez Corporán, en La Lila, del sector Los Tres Brazos, un barrio marginal del noroeste de Los Mina, crecido sobre una zona pantanosa a orillas del río Ozama.
Olivero Olivero era el comandante del Departamento de Robos del "Plan Piloto", por allá, por el sector de Honduras, en la capital.
El crimen se produjo el dìa siete de Febrero. El asesinato del oficial llevó a la policía por montones al barrio de La Lila, donde se produjeron detenciones y el terror fue esparcido entre la población en medio de la persecución.
Inicialmente, las autoridades dijeron que los asesinos eran Jesús Paulino de la Cruz y Reyes Martínez. El primero fue arrestado en la autopista de Las Américas, próximo a La Caleta.
El segundo fue entregado por su propio padre en la Dirección de Relaciones Públicas de la Policía.
De inmediato, la Policìa anunciò oficialmente que "los asesinos del segundo teniente fueron apresados".
Pero, al parecer, no encontraron indicios suficientes para mantener en prisión a Reyes Martínez y lo liberaron.
En su barrio, dos oficiales habìan dicho públicamente que "se lo lamberìan".
Jesús parece que no creyó que eso ocurriría. Después de todo, ya había sido liberado. Por eso andaba tranquilamente con su novia en Los Mina. Delante de ella lo mataron. A sangre fría.
Todos dicen que "lo soltaron para matarlo".
Actuaron como siempre lo hacen los integrantes de uno de esos escuadrones de la muerte.
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