lunes, 4 de octubre de 2010

Rousseff vence, pero habrá segunda vuelta

Brasilia
Las elecciones presidenciales en Brasil se definirán el 31 de octubre en una segunda ronda entre la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, según los resultados de la votación del domingo.

“Va una segunda ronda”, dijo un funcionario del Tribunal Superior Electoral (TSE), que pidió mantener el anonimato por política de la institución.

La candidata oficialista, quien obtuvo en las elecciones celebradas hoy un 46,7% de los votos, afirmó que encarará “con mucha garra y energía” la segunda vuelta ante el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que logró un 32.6%.

“Considero esta etapa un momento muy especial en mi vida”, dijo la abanderada del Partido de los Trabajadores (PT), ungida candidata por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le dedicó un “agradecimiento muy especial” por el apoyo que le ofreció en la campaña para la primera vuelta electoral.

Las elecciones en Brasil se desarrollaron en un clima de absoluta normalidad, en el que la mayor tensión se observó en las nerviosas sonrisas de la candidata oficialista y del opositor José Serra.

Rousseff votó en la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país, y en su rostro pareció reflejar las dudas que habían sembrado las encuestas ante la posibilidad de una segunda vuelta.

“Nuestra militancia es aguerrida, es guerrera y no desiste nunca. Ella es mejor ante los obstáculos que ante las facilidades. No le temo a nada”, declaró tras emitir su voto la candidata apadrinada por el presidente Lula.

Serra, que fue el último de los principales candidatos en acudir a las mesas y tras emitir su voto en un colegio cercano a su residencia en el barrio Alto de Pinheiros, en la ciudad de Sao Paulo, Serra pareció encomendar su suerte a las manos divinas y declaró que “si Dios quiere, habrá una segunda vuelta”.

En sus declaraciones a periodistas, Serra elogió el vigor de la democracia brasileña y aprovechó la oportunidad para deslizar alguna velada crítica a Rousseff y al PT. “Brasil no tiene dueño, Brasil es de los brasileños”, expresó el candidato del PSDB en aparente alusión al partido de Gobierno, al que acusa de haberse apoderado de la maquinaria pública para ponerla al servicio de la campaña de Rousseff. La candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, quien confía en robarle a Serra el segundo puesto a pesar de que los sondeos le atribuyen un 17% de apoyo, votó en la ciudad amazónica de Río Branco y dijo que apuesta a que haya “una gran sorpresa”.

El presidente Lula, quien no puede aspirar a un tercer mandato consecutivo por imperativos constitucionales, valoró la forma en que transcurría la jornada, que calificó de “espectáculo de democracia”, que “no lo tiene cualquier país”.

En estos comicios estaban en juego los puestos del próximo presidente de Brasil, de los gobernadores de todos los estados del país, de dos tercios del Senado, 513 diputados y de 1,059 legisladores regionales.

LULA YA SABÍA QUE HABRÍA SEGUNDA VUELTA
Tras votar en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, Lula confesó casi con melancolía que lo único que lamentaba hoy es que él no aparece entre los candidatos.

Hasta la mitad de la jornada, que moviliza en todo el país a 135.8 millones de electores, el Tribunal Superior Electoral informó que 368 personas habían sido detenidas temporalmente por diversos motivos, entre los que citó proselitismo frente a los colegios, transporte ilegal de votantes o “compra de votos”.

También indicó que, de las 400,001 urnas electrónicas instaladas en todo el país, solamente 1,141 registraron problemas y fueron sustituidas por aparatos similares.

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