Las mujeres de la foto son gemelas. La más "arrugada" consumió dos atados de cigarrillo diarios durante 26 años, mientras que la otra nunca fumó. La imagen evidencia la relación entre tabaquismo y envejecimiento prematuro de la piel. El diario El Mundo publicó que hace más de 150 años, Samuel Solly, un cirujano británico, había advertido de los efectos del tabaco sobre la piel, dado que sus pacientes fumadores tenían una apariencia cetrina, la piel arrugada y un rostro demacrado



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