Un hombre que se quedó dormido en el cementerio Cristo Vive de Santiago, al asistir al sepelio de un niño de 13 años de edad que fue asesinado por una patrulla de la Policía Nacional en Cienfuegos, murió al sufrir heridas de bala que se las infirió con una escopeta la seguridad del camposanto que lo confundió con un ladrón.
El victimario es el vigilante Roberto De Los Santos Báez, de 41 años, que dijo que confundió al hombre con un delincuente.
El jovencito fue sepultado ayer en medio de protestas por parte de pobladores de Cienfuegos.
Los integrantes de la patrulla que mató al menor se encuentran bajo arresto por órdenes del jefe de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional, general Neivi Pérez Sánchez y hoy fueron puestos a disposición de la fiscalía local.
El menor Rafael Blanco murió al ser impactado por herida de bala en el tórax, por uno de dos agentes policiales, que integraban una patrulla doble motorizada y realizaba labores preventivas en el sector Cienfuegos.
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