Una proteína podría ser la clave en los beneficios que una dieta baja en calorías ayuda para prolongar la vida y retardar la aparición de desórdenes relacionados al envejecimiento, de acuerdo con un nuevo estudio.
Si bien varios estudios en ratones han demostrado durante décadas las ventajas de una dieta baja en calorías, por primera vez una investigación de la Universidad de Florida y la Universidad de Wisconsin han establecido una relación entre una proteína llamada Sirt3 y la pérdida de la audición relacionada al envejecimiento.
El estudio encontró que en ratones normales, la reducción de la ingesta de calorías en un 75 por ciento disminuía la pérdida de la audición, mientras que en los ratones con deficiencia de proteína Sirt3 la restricción dietética no tenía ese efecto.
La pérdida de la audición es considerada uno de los desórdenes relacionados al envejecimiento más comunes, que afecta a más del 40 por ciento de las personas mayores de 65 años y de acuerdo con proyecciones del Departamento de Salud citadas en el estudio afectará a 28 millones de estadounidenses para el 2030.
Los investigadores descubrieron que cuando la proteína Sirt3 no está presente, la restricción calórica pierde sus beneficios contra el envejecimiento.
La proteína, una enzima que se encuentra principalmente en la mitocondria, protege contra la muerte de las células al mantener un ambiente que combate químicos destructivos, según el informe.
"Con este estudio se ha podido establecer que si se elimina (la proteína) Sirt3, el efecto de la restricción calórica no trabaja más. Es un elemento clave", dijo a Efe Christiaan Leeuwenburgh, uno de los principales autores del estudio y jefe de la División de Biología del Envejecimiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida.
De acuerdo con los investigadores, este hallazgo constituye un importante paso con el fin de entender mejor los efectos de la restricción calórica en el retraso del envejecimiento.
La investigación halló además que los efectos de la proteína en la audición también se observaban en los tejidos del cerebro y del hígado, por lo que los investigadores sugieren que Sirt3 podría tener beneficios potenciales más allá de la audición y ser útil en el tratamiento de enfermedades neurológicas y cardiovasculares.
De acuerdo con los investigadores, el hallazgo podría significar nuevos avances en el desarrollo de nuevas terapias y medicamentos.
Leeuwenburgh explicó que este hallazgo podría ser "un objetivo para intervenciones médicas en un futuro", aunque señaló que aún deben llevarse a cabo estudios más exhaustivos al respecto.
Asimismo, el investigador señaló que estudios recientes han demostrado que los niveles de la proteína Sirt3 disminuyen dramáticamente en los músculos de los adultos mayores.
"Finalmente estamos identificando los mayores genes involucrados en la acción de la restricción calórica, y esto provee nuevas oportunidades para el desarrollo de terapias que pueden proveer los beneficios de la restricción calórica", agregó Tomas Prolla, profesor de genética médica de la Universidad de Wisconsin-Madison, que dirigió la investigación.
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