Apareció una nueva grabación en la que un grupo de abogados haitianos, representantes del muchacho, tratan de llegar a un acuerdo económico con los militares para solucionar el caso, informó hoy radio Caraibes.
Según la emisora, el fiscal uruguayo a cargo de la denuncia, Eduardo Fernández Dovat, indicó que el abogado del joven dice en el video estar interesado en un arreglo económico "para que Uruguay quede bien parado".
El escándalo por supuesta violación estalló a inicios de este mes, cuando apareció una grabación que muestra a cinco uruguayos miembros de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití cuando, al parecer, someten a ese joven.
En la grabación realizada con un celular se ve al muchacho negro acostado sobre un colchón, boca abajo, con los pantalones a medio bajar, y sujetado por los militares.
No obstante, los marines están vestidos (menos uno al que le falta la camisa), al final ayudan al joven a levantarse, se escuchan risas, el joven parece reírse también y no queda claro qué ocurrió en esos minutos.
La agresión motivó la condena del presidente haitiano, Michel Martelly, y las disculpas públicas del mandatario uruguayo José Mujica.
Sin embargo, desde la aparición del video ocurrieron notables cambios en las versiones dadas por la presunta víctima y sus familiares.
Entre las primeras narraciones sobre el presunto abuso, el muchacho alegó que había ido por su propia voluntad a la unidad militar, cuando fue obligado a entrar por un grupo de uruguayos.
Posteriormente, cambió la historia y dijo que mientras pasaba frente la Misión, unos soldados lo agarraron por la espalda y lo condujeron hasta el interior del campamento, donde fue supuestamente sodomizado.
La madre del joven, por su parte, afirmó en una entrevista que, en un inicio, su hijo no quería contar lo sucedido y fue ella quien lo convenció para declarar y poder reclamar así una compensación.
El médico haitiano Clifford Gauthier, quien examinó al joven, afirmó que encontró evidencias congruentes con señales de abuso sexual, aunque, cuando realizó el examen, habían pasado cinco semanas desde la alegada agresión.
Gauthier sostuvo que preguntó a la presunta víctima por qué había esperado tanto tiempo para recibir tratamiento, pero no recibió respuesta.
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