martes, 31 de enero de 2012
El Instituto Dominicano de Cardiología realiza siete cirugías cardíacas complejas
Siete casos de cirugías complejas para tratar las enfermedades Aneurisma Disecante de Aorta y el Aneurisma de la Aorta Ascendente, porción inicial, fueron realizados durante el año pasado por el Instituto Dominicano de Cardiología (IDC), a favor de pacientes con edades entre 36 y 60 años.
Al ofrecer los detalles, el director de la institución, doctor Ernesto Díaz Álvarez, explicó que la primera patología se define como una catástrofe cardiovascular que se caracteriza por la separación entre las capas o paredes de la aorta, que es la arteria principal del cuerpo, con severas repercusiones sobre los diferentes órganos de la economía humana, y la segunda como una dilatación permanente de la Aorta, resultante del debilitamiento localizado de su pared.
Informó que de los siete casos realizados, tres fueron de Aneurisma Disecante de Aorta y cuatro Aneurisma de la Aorta Ascendente, todos en pacientes de sexo masculino.
Díaz Álvarez destacó que el doctor Walid Elías, cirujano cardiovascular, ha referido que en ambas patologías el tratamiento quirúrgico es muy delicado.
Indica que la hipertensión arterial es el denominador común para que los pacientes desarrollen este tipo de enfermedad. No obstante explicó que existe un factor importante en cada uno de ellos, como es el caso de una degeneración en la capa media de la Aorta, en el caso de Aneurisma Disecante de Aorta, y una afección arteriosclerótica, en el de Aneurisma de la Aorta Ascendente.
El director del IDC señala que a pesar de existir en el mundo millones de personas hipertensas, sólo una parte de ellos desarrolla estas enfermedades, por lo que toda persona, sobre todo después de la tercera década de su vida, debe hacerse un chequeo preventivo para conocer su verdadera variación de la presión arterial.
Explica que el ecocardiograma transesofágico, la tomografía, resonancia magnética y el aortograma son los principales medios diagnósticos utilizados para detectar estas enfermedades, las cuales deben ser diagnosticadas tempranamente para ser tratadas quirúrgicamente a tiempo, dada la alta mortalidad que tienen.
El especialista explica que el tratamiento clínico inicial tiene como finalidad el control de la tensión arterial, el dolor y la disminución de la onda de pulso que produce el ventrículo izquierdo en su sístole, esto logra el bienestar del paciente y evita que progrese una eventual ruptura de la aorta y por lo tanto la muerte inmediata.
Dice que sin el tratamiento quirúrgico un cinco por ciento logra sobrevivir al año luego de diagnosticada la enfermedad.
El equipo quirúrgico del Instituto lo integran los doctores Walid Elías, jefe de Servicio de Cirugía; Julio Barnet, cirujano cardiovascular; Raúl Álvarez Sturla, cirujano cardiovascular; Espedy García, cirujano cardiovascular; Ramón Pol Pichardo, jefe de Anestesiología; Warenny Montero, anestesióloga; Tomás Fernández, perfusionista; doctora Ileana Urena, perfusionista y la licenciada Práxedes Feliz, perfusionista.
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