jueves, 5 de agosto de 2010
Jarabacoa y La Vega belleza y cultura
La Vega-Jarabacoa. Además de los bellos y verdes panoramas y la proximidad física, Jarabacoa y La Vega están unidos por algo más: el orgullo. Los compueblanos de una y otra se sienten, y así lo manifiestan públicamente, parte de destinos geográficos especiales por demás.
Mientras los jarabacoenses cuentan que Dios creó al mundo, pero que todas las noches va a Jarabacoa a dormir, los nativos de La Vega han popularizado la frase: “Los veganos somos buenos todos”.
El sentimiento es justificado, si se consideran las riquezas naturales y culturales que poseen estos destinos norteños.
Jarabacoa, divino destino. El agradable friíto y la belleza de su vegetación hacen de éste uno de los lugares más encantadores del país.
Tanto los dominicanos como los extranjeros que la visitan tienen la oportunidad de hacer un turismo diferente, pues Jarabacoa tiene -y ofrece- todo el encanto de su naturaleza.
La aventura inicia desde el camino, el cual define, a propósito de su ubicación en la zona norte del país, un despejado cielo azul que se une a sabanas verdes de una vegetación que sólo interrumpen los tonos marrones de las montañas.
Ya al llegar, debido a su ubicación en el mismo centro de la Cordillera Central, el viajero disfruta de una temperatura muy agradable (un rico friíto), una fauna exótica y una flora tan exuberante que hace común la existencia de bellos jardines y paisajes impresionantes.
¿Qué hacer aquí? Como Jarabacoa es uno de los pocos lugares del país que enfatiza en el llamado ecoturismo, usted puede participar de excursiones en jeep, caballo o senderismo, disfrutar de los saltos de Jimenoa y Baiguate, o practicar deportes como lanzarse en parapente, canyoning por los ríos, four-wheels, rafting o simplemente montar bicicletas de montaña.
La Vega, fiestas y tradiciones. Cuando llega la época del carnaval, La Vega se convierte en un destino obligado, pero ella también forma parte de una historia rica en cultura y tradiciones. De unos 2,287 kilómetros cuadrados, y ubicada en el mismo centro del Cibao, este pueblo conserva muchas tradiciones. Relájese e imite a su gente, que aún se deleita con el simple compartir bajo la sombra de un viejo y copioso flamboyán.
Todavía es de admirar cómo tratan de incentivar o expresar su fe -de mayoría católica- subiendo a pie y descalzos por la cuesta del Santo Cerro, uno de los santuarios más importantes del país, para cumplir una promesa hecha a la Virgen de Las Mercedes, cuyo culto es considerado como la mayor expresión cultural originaria de La Vega.
Cuando se trata de fiestas, La Vega también tira la casa por la ventana, sean sus patronales o el carnaval, en ambas festividades pone tanto empeño y dedicación que hacen de La Vega una ciudad digna de visitar.
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