Un incendio originado por la explosión de un transformador eléctrico en la calle Emiliano Tardif del ensanche Evaristo Morales, afectó uno de los locales de la planta de expendio de GLP de Tropigas, donde se venden herramientas y equipos para la instalación de gas, lo que creó pánico en la zona.
Las llamas, vistas desde los edificios y torres del Evaristo Morales y del barrio Las Caobitas, que cubren el espectro de la Emiliano Tardif, la Paseo de los Locutores y la Roberto Pastoriza, en cuyo centro está la envasadora, provocó que la gente saliera en estampida de sus hogares, hasta ponerse a salvo de cualquier explosión que se produjera.
Pero la rápida intervención de los equipos internos de auxilio de la empresa, evitaron la expansión del siniestro hacia las áreas vulnerables.
Carlos José Martí, vicepresidente ejecutivo de Tropigas, aseguró que el sistema contra incendios con que cuentan evitó que el fuego llegara hasta la estación de combustible. Refirió que cuentan con 20 monitores contra incendios, una cisterna con 150 mil galones y una estación de bomberos con dos camiones cisterna.
Más de diez unidades del Cuerpo de Bomberos, además de una gran presencia de brigadistas del Comité de Operaciones de Emergencias (COE), lograron sofocar las llamas, por lo que los daños no pasaron a mayores.
Edwin Olivares, subdirector del COE, y el jefe de los bomberos, general Oscar Guillermo García, plantearon que los daños no fueron extensivos hacia zonas de mayores riesgos, pero que de todas maneras los resultados de la investigación que se realizará darán mayor luz sobre el caso.
El pánico se apoderó de las familias que viven en el entorno, debido a que todavía tienen muy fresco en la memoria la explosión que se registró en Santiago con más de una docena de heridos y el incendio en la víspera que afectó la ferretería Bellón.
El siniestro se originó pasadas las seis de la tarde y todavía a las ocho de la noche los bomberos se mantenían sofocando los reductos de la tienda de venta de equipos de GLP. La esquina está compuesta por varios negocios, entre ellos la estación de venta de GLP. Martí aseguró que todo estaba bajo control.
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