jueves, 2 de diciembre de 2010

Espectacularidad en presentación sistema automatizado de limpieza en SDE

Santo Domingo Este.- Los ojos de todos estaban atentos a lo que ocurriría. La iluminación era perfecta. 

Y entonces, ocurrió tal como había sido planeado: el robot sacó sus dos brazos de metal, los extendió hacia delante y los metió por debajo de dos aristas del contenedor de basura. Una vez lo tuvo agarrado, lo levantó y abrió una boca para tragarse toda la basura que estuviera allí.

La expectación aumentaba. Era algo nunca visto en este municipio, aunque sí en otros lugares de República Dominicana, América Latina y Europa, pero no aquí.

Parecía un momento mágico. Como en las películas.

Al robot no le importó que centenares de pares de ojos le estaban observando. No tenía miedo escénico. Hizo su trabajo.

Cuando tuvo sobre su enorme boca el contenedor lo movió varias veces para asegurarse que dentro no le quedaba nada de basura. Luego, en forma diligente y precisa, lo bajó desde las alturas y lo colocó exactamente en el mismo lugar donde lo había encontrado.

La multitud aplaudía entusiasmada, como si se tratara de chiquillos. Sentían que estaban entrando, de verdad, al Siglo XXI.

Juancito, pícaro, sonreía. Se le notaba que el golpe de efecto que procuraba lo estaba logrando.
No hubo en el lugar ni una sola expresión de desaprobación. Todo fue aplausos y risas de satisfacción.

Pero, lo mejor aún no había llegado.
Detrás estaba otro robot esperando su turno para participar en el espectáculo.

Cuando el primero se desplazó del lugar, el segundo llegó. Se colocó frente al mismo contenedor, abrió una enorme bocaza, sacó sus dos brazos, agarró la vasija y se la metió entera en la boca .

¡Se la tragó! ¡Ahí mismo, ante todos!
-"¿Qué diablos está haciendo?", preguntó uno desde dentro de la multitud.
Estaba completando el trabajo de su colega; lavaba el contenedor de basura pro dentro y por fuera. Cuando lo hizo, abrió la boca y lo sacó y lo puso de nuevo sobre la acera.

Aplausos y hurras de gentes que tenían la cara llena de orgullo y satisfacción, y, sobre todo, asombro.
-"Ahora solo hay que esperar que la gente no lo dañe y no le coloque palos y piedras dentro", comentó uno de los emocionados expectadores.

Fue la culminación de un proceso con el que el alcalde Juan de los Santos inauguraba el mayor desafío de su historia como funcionario público. Un desafío con el que se juega su propia imágen y hasta su futuro político.
Iniciaba así el sistema automatizado de recolección de basura, "Limpia", en el municipio Santo Domingo Este, al que pretende colocar a la altura de las grandes capitales del mundo en materia e recolección de desperdicios.

Por lo bajo, uno de los nueve regidores que asistieron al acto le comentó a Ciudadoriental.com que :
-"Eso ha fracasado en todas partes".

La gente que estaba allí creía otra cosa. Un periodista le preguntó al síndico si la población será educada para que aprenda a utilizar el nuevo sistema, y el funcionario le respondió que sí. Le dijo que los promotores saldrán por las calles y barrios a decirle a la gente cómo se debe usar el sistema. Que la basura debe ser colocada en bolsas y lanzada dentro de los contenedores. No fuera.

Hasta unos "spots" publicitarios se han preparado con ese propósito.

Ahí no deben ser lanzados muebles, troncos de árboles ni cosas por el estilo. Es la basura que se produce en la casa, esa que sale de la cocina, por ejemplo.

De todas maneras, el espectáculo fue magnífico. La espera valió la pena.

La jornada inició con  un italiano, Guissepe Saneaux, Gerente General de la OMB para República Dominicana, hablando de su satisfacción por haber logrado convencer a ese tipo "duro" (Juan de los Santos), y a su equipo de las bondades del sistema que, según dijo, inició en su país y ya es aplicado en diversas ciudades.

Saneaux se desbordó en elogios respecto del sistema que auspicia, sobre el que se empleó a fondo para convencer a la alcaldía y a los concejales de que este vale la pena y que no resultará un fracaso brutal y total como el que aplicó Jhonny Ventura, cuando era síndico de la capital.

Y más le vale que funcione bien porque en esto Juancito se está jugando su carrera de político, que hasta ahora ha sido exitosa.

Son 400 millones de pesos los que están en juego para garantizar la limpieza del municipio.
Desde el próximo día 15 de diciembre, cuando entra la etapa crítica en la que la gente produce más basura, será iniciado el proyecto con un plan piloto que comenzará en el Ensanche Ozama y Alma Rosa.

Allí estará en una especie de atapa de prueba durante al menos un año y luego será extendido a otros barrios del municipio.

Serán 23 los camiones que utilizará el sistema y varios camiones lavadores más, junto una montaña de contenedores.

Ahora, lo que la situación demanda es educación, educación y un poco más de educación para que el slogan "Limpía" pueda parir los resultados que se desean.

Anoche, bajó el telón tras el segundo acto. Estamos a punto de iniciar el más duro, el más difícil... el de la realidad, tan pronto como el 15 de diciembre.

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