La circulación de chatarras por calles y avenidas del Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y otras ciudades, es atribuida a la irresponsabilidad de las autoridades para hacer cumplir las leyes a los transportistas de pasajeros que actúan como “chivos sin ley” y se definen “intocables” sólo porque pertenecen a un sindicato.
Carros y guaguas en el peor estado posible y sin luces ni cristales, circulan sin ser sancionados por los encargados de imponer el orden y la ley.
Los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet), muchas veces se hacen “ciegos y sordos” ante el caos que imponen los transportistas, por temor a ser “halado o cancelados”, ante las presiones o relaciones que tienen los dirigentes de sindicatos de choferes con sus superiores. Los AMET son muy diligentes con los conductores de vehículos privados.
En cualquier calle se puede observar un chofer del concho sin cinturón de seguridad, sin licencia de conducir, sin seguros, o una guagua con neumáticos lisos, sin luces direccionales, delanteras ni traseras, y el conductor hablando por celular, sin que sea detenido, contrario a los conductores de vehículos privados, a los que si están pendientes los Amet para entrar en acción.
Miles de carros, guaguas y minibuses que no reúnen la mínima condición para circular, lo hacen con la complicidad de las autoridades. Salen a las calles sólo amparados en un permiso que les da un sindicato.
Las “voladoras” circulan por autopistas, avenidas y calles, como “alma que lleva el diablo” sin respetar semáforos, Amet, policías, señales de tránsito u ordenanzas municipales.
Otra situación que han puesto de moda en avenidas y calles los choferes del concho, es que han tomado esas vías para “hacer turnos”, sin que nadie que les llame la atención.
Los llamados “controles” o supervisores de rutas han sido dotados por los sindicatos de choferes de escopetas, revólveres y pistolas, mientras otros andan con bates, palos y piedras para enfrentar los vehículos “piratas”.
El odio que se han ganado los conductores del concho es producto del mal trato, de la imprudencia y las palabras obscenas cuando los usuarios reclaman un mejor servicio.
Una modalidad del desorden impuesta por los transportistas de pasajeros, es que han “asaltado” las esquinas de avenidas y calles de barrios con “paradas” improvisadas, donde hacen turnos para montar a los pasajeros, y quien circule por esas zonas debe esperar que a ellos les dé la voluntad de dejarlo pasar.
Se dice que el deseo de protagonismo de los titulares de organismos que regulan el transporte, es lo que obstaculiza una eficiente labor en ese sector.
Han sido creados para regular el transporte la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret); la Amet, Oficina Técnica del Transporte Terrestre (Ottt), Dirección General de Tránsito Terrestre; Fondo para el Desarrollo del Transporte (Fondet) y Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (Omsa). Y sin embargo todo hecho una porra.
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