miércoles, 11 de mayo de 2011

El 25 por ciento de escolares se matricula en colegios privados

Santo Domingo
La falta de una respuesta adecuada del sistema público de educación ha dado pie a la proliferación en el país de la más variada calidad y cantidad de centros educativos privados, estimándose que de cada cuatro estudiantes que tiene República Dominicana en los tres niveles de la educación regular, uno recibe la enseñanza en el sector privado.

  Esto convierte a esta media isla caribeña en uno de los países donde la educación privada tiene mayor incidencia rondando el 25 por ciento del estudiantado, superando la media de la región donde esa cifra no supera el 10 por ciento. La mayor incidencia del sector privado radica  en el nivel inicial.

La Federación Nacional de Centros Educativos Privados (Fenacep) registra unos 2,500 colegios privados en el país, pero en el Ministerio de Educación hay registrados 4,403 de estos centros que albergan a 671,304 estudiantes.

Conocedores del área aseguran que el número real de colegios privados que tiene República Dominicana nadie lo conoce a ciencia cierta, ya que una  parte no está registrada en el Ministerio de Educación, y en el más recóndito traspatio puede funcionar un centro “privado” donde los padres hacen algún  aporte de bolsillo cada mes.

Limitaciones
Se estima que el 80 por ciento de los centros de educación privados registra las mismas debilidades en infraestructura, calidad de la enseñanza, capacidad del personal docente y herramientas educativas que las escuelas públicas; aunque otros, una minoría, supera incluso estándares internacionales, colocándose por sus costos en centros inalcanzables para la mayoría de la población dominicana, donde los ingresos mensuales rondan entre los 11 y 15 mil pesos.

No obstante, los colegios privados garantizan a los padres mayor seguridad y  cumplimiento del calendario escolar que nunca se ve afectado por huelgas, paralizaciones y reclamos de profesores, como es tradición en el sector público.

El sector de la educación privada solamente en tarifas por matrícula, estimando un pago promedio de 25,000 pesos por alumno por año, puede mover alrededor de 17,000 millones de pesos anuales, equivalente al 0.84 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. A lo que se suman otras inversiones.

Debilidades
Este sector, de gran incidencia en la vida del país, tiene sus fortalezas y debilidades de acuerdo a conocedores del área.

Para la educadora Rosa Ariza, el presidente de Fenacep, Fauntly Garrido, y el educador y psicólogo, Víctor Martínez, las principales fortalezas del sector están enfocadas en el cumplimiento de los tiempos y procesos, alcanzando entre 900 y 1,200 horas de docencia, mayor seguridad, aulas más adecuadas y menos masivas, y seguimiento más personalizado al alumno. Pero como parte del Sistema Educativo Nacional el sector privado encierra sus debilidades; para el presidente de la Federación de Padres de Niños en Colegio Privados y Escuelas Públicas (Fedepadres), Juan Ávila, el 80 por ciento de los centros privados tiene problemas de espacio, de titulación de maestros y de recursos pedagógicos, incluyendo falta de laboratorio.

Dice que preocupa la falta de supervisión, la forma antojadiza como incrementan las tarifas, las exigencias a padres y la inexistencia de una verdadera categorización.

Asimismo, Garrido ve que la mayoría de los colegios privados adolecen de debilidades muy similares a las públicas, y que la principal radica en que a los centros privados no se le exige calidad sino que es algo que depende del criterio del propietario.

Recuerda que en el 2003 el Ministerio de Educación hizo una categorización de los colegios privados, pero luego de ahí no se ha hecho nada. “La categorización del sistema educativo no es algo estático, sino dinámico”.

Ariza, ex presidenta del Consejo Nacional de Colegios Privados (Conacopri), ve que las principales debilidades están enfocadas en los retrasos en los pagos, la falta de homogeneidad en los programas de enseñanza y en que no hay reglamentación en la distancia ya que hay padres que “abandonan” a sus hijos en el colegio debido a que están pagando.

Aunque la tarifa promedio mensual se estima en 2,000 pesos por alumno,  el monto tarifario está bien  definido por la ubicación del centro y la clase social a la que va enfocado.  De ahí que un pequeño colegio en un barrio pobre puede  cobrar al año 15,000 pesos por estudiante y en clase alta llegar hasta los 520 mil pesos anual.

Esto deja una marcada  brecha en la calidad de la enseñanza en el país.

REQUISITOS PARA OPERAR UN CENTRO
El Ministerio de Educación exige para permiso de apertura y clasificación solicitar autorización por escrito, entre el 10 de enero y el 10 de abril del año escolar anterior al de autorización para iniciar, tener un ideario con visión y misión claras a cumplir, poseer los documentos que contiene el currículo vigente, disponer de materiales educativos básicos, según los servicios que oferta; tener biblioteca, una estructura física y ubicación adecuadas, poseer área para recreación y deportes, contar con instalaciones sanitarias separadas según sexo.

Poseer las dependencias administrativas, agua potable, mobiliario y el 80% profesores titulados. No obstante, expertos dicen que no todos cumplen, debido a la débil supervisión.

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