El hombre armado que hoy hirió a un médico del Hospital John Hopkins, en Baltimore, y se suicidó tras matar a su madre enferma y paciente del nosocomio, perdió los estribos tras conocer datos sobre la condición médica de su progenitora.
El responsable de la policía de Baltimore, en Maryland, Frederick Bealefeld, indicó que el hombre, que tenía unos 50 años, sufrió una fuerte alteración tras ser informado del estado de la enfermedad de su madre.
Indicó que el nombre del agresor, que disparó contra el médico que los atendía antes de atrincherarse junto a su madre en una habitación del hospital, era Paul Warren Pardus, quien era residente de Arlington, en Virginia, a unos 75 kilómetros del hospital de Baltimore.
Al parecer, Pardus no sabía que su madre estaba siendo tratada en este hospital, conocido por sus tratamientos oncológicos, y al saberlo le disparó un tiro en el abdomen al médico que la atendía, quien cayó al suelo en la puerta de la habitación.
Posteriormente, el agresor, al verse cercado por la policía, mató a su madre en la misma cama del hospital y luego se suicidó.
El altercado, que se produjo en el octavo piso del edificio principal del citado hospital universitario, obligó a las autoridades a evacuar el mismo y cercar buena parte de la zona que ocupa este centro sanitario, uno de los más prestigiosos de Estados Unidos.
Sin embargo, el resto de las dependencias del centro médico, en el que trabajan más de 30.000 personas, no interrumpió la jornada.
Entre tanto, el médico herido, David Cohen, un cirujano ortopédico, fue inmediatamente operado en el mismo hospital y su estado es crítico, aunque no parece que se tema por su vida.
Todo el incidente se prolongó por espacio de unas dos horas, en las que la tensión se propagó también por el campus de esta Universidad en la que está ubicado el hospital, que tiene 982 camas y se encuentra siempre entre los más prestigiosos del ranking que elabora anualmente la revista US News and World Report.
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