domingo, 12 de septiembre de 2010

Diez millones mexicanos con problemas de erección

México.- Casi diez millones de mexicanos mayores de 18 años padecen de eyaculación precoz, y uno de cada dos mayores de 40 sufre de problemas de erección, mientras que casi dos de cada diez mujeres nunca han tenido un orgasmo, dijo a Efe la especialista Claudia Rampazzo.

"Tres de cada diez mexicanos padece eyaculación precoz y uno de cada dos hombres mayores de cuarenta tiene problemas de disfunción eréctil", explicó la terapeuta sexual en entrevista con Efe al dar a conocer su libro "Guía de la entrepierna" (Random House-Mondadori, 2010).

Rampazzo explicó que entre las mujeres las disfunciones sexuales más frecuentes son la anorgasmia, el sexo doloroso llamado vaginismo, entre otros y agregó que de un 10 a un 20 por ciento de las mujeres nunca han tenido un orgasmo durante el coito, y un 10 por ciento lo alcanzan en circunstancias irregulares.

La terapeuta sexual destacó que en México los prejuicios y tabúes impiden tener una conciencia de la importancia de la salud sexual y de una vida erótica sana y agregó que los problemas sexuales se minimizan o se trivializan.

La especialista aborda en su libro los problemas del deseo sexual inhibido, la anorgasmia, la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, cada caso con citas de consultas clínicas.

Todos estos padecimientos, dicen, tienen causas orgánicas y sicológicas, los cuales pueden ser tratados bajo una observación clínica responsable, por lo que recomendó evitar a los charlatanes que se ostentan como sexólogos sin ninguna preparación médica.

Entre los factores orgánicos que causan disfunciones sexuales se encuentran problemas de salud como obesidad, colesterol alto, hipertensión, la diabetes, las adicciones, entre otros, además de causas patógenas o virológicas.

Entre las sicológicas está todo tipo de experiencias traumatizantes en la infancia que dejaron huellas sobre nuestro comportamientos sexual, entre estas los abusos o violaciones.

Asimismo está la mentalidad religiosa con nociones de culpa, pecado y maldad que califican al sexo como "sucio, malo, pecaminoso y dañino".

En su libro, la especialista recuerda que las represiones de la Inquisición contra las mujeres con sus métodos de tortura entre estos la "temida 'cigüeña' que dejaba a la víctima para ser violada por el ano".

Asimismo, señala los métodos como "las garras de gato" que se usaba para destrozar los senos; la "pera veneciana" para desgarrar la vagina, "el cepo" que exponía los genitales al público, entre otros. En nuestros días un gran sector aún defiende y promueve los prejuicios contra la sexualidad libre, dice.

La experta apunta que, según las evidencias científicas, una "sexualidad vivida plenamente, sin culpas, con placer y sin tabúes, es beneficiosa en alto grado para la salud física y mental".

Sobre la pérdida del deseo sexual, dijo que hasta un 60 por ciento de los adultos registran una disminución sensible del deseo sexual.

Respecto a la anorgasmia, enumeró que hay diversas causas, entre ellas el desconocimiento del organismo femenino de las propias mujeres.

"Una gran cantidad de mujeres desconocen su cuerpo, no han revisado sus genitales, ni han descubierto todas las formas de estimular su cuerpo para lograr el orgasmo", explicó Rampazzo.

Afirmó que las mujeres deben saber cuales son sus principales centros erógenos para lograr una estimulación adecuada. La especialista dijo que muchas mujeres se han vuelto simuladoras del orgasmo y "se retuercen y gritan, e incluso reproducen las contracciones vaginales".

Sobre la disfunción eréctil, la especialista advierte que muchos hombres recurren a la automedicación con fármacos como viagra, cialis o levitra, que permiten una erección adecuada en un 90 por ciento de los casos, pero pueden causar severos daños en caso de afecciones cardiovasculares.

"Si el pene no funciona adecuadamente es señal que el sistema cardiovascular no anda bien", advirtió Rampazzo. Finalmente, apuntó que la eyaculación precoz es la incapacidad del hombre de controlar el reflejo eyaculatorio entre uno a tres minutos en el coito.

Rampazzo explicó que un tratamiento adecuado puede reacondicionar este reflejo para que un hombre logre controlar su eyaculación en un plazo de entre 15 y 20 minutos, tiempo considerado como de un coito normal.

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