Tokío
Una explosión por combustión de hidrógeno se produjo ayer en el reactor número 3 de la planta nuclear de Fukushima (noreste de Japón) tres días después del grave sísmo de 9 grados, informó la Agencia de Seguridad Nuclear nipona.
Las imágenes de la televisión local mostraron humo blanco saliendo de las instalaciones.
El canal NHK indicó que el estallido ocurrió sobre las 11.00 hora local (2.00 GMT) y derribó una de las paredes del edificio que alberga al reactor. Siete desaparecieron y hay tres heridos.
Según la agencia Kyodo, las autoridades pidieron a 600 residentes que no habían sido evacuados en un perímetro de 20 kilómetros alrededor del recinto que no salgan de sus casas hasta nueva orden.
Es la segunda explosión registrada desde el sábado en la planta de Fukushima, donde hace menos de 48 horas reventó parte del contenedor secundario que protege al reactor número 1, también por acumulación de hidrógeno.
Antier, el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, admitió la posibilidad de que se produjera un estallido en el recipiente secundario de contención del reactor 3 por la acumulación de hidrógeno, aunque aseguró que no causaría daños graves.
Poco antes de que se pro dujera la segunda explosión, el primer ministro japonés, Naoto Kan, señaló que la situación en la planta de Fukushima era todavía “alarmante”.
Estado de emergencia
Las autoridades japonesas decretaron el estado de emergencia en una segunda planta nuclear, la de Onagawa (noreste), “tras registrarse niveles de radiactividad que superaban los autorizados”, anunció desde Viena la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Una central nuclear más, la de Tokai, sufrió una ave- ría en su sistema de refrigeración, pero las bombas de agua auxiliares funcionaban y seguían enfriando el reactor, informó un portavoz en la madrugada del lunes. Naciones Unidas anunció desde Ginebra que 59,000 personas fueron evacuadas de la zona del desastre, incluidas 210,000 que viven cerca de las plantas nucleares de Fukushima.
La alerta de un nuevo tsunami fue levantada, pero la Agencia Meteorológica japonesa advirtió que existe un 70% de riesgo de que se produzca una nueva réplica de magnitud 7 o más en los próximo tres días.
Mientras tanto, el número de víctimas continúa aumentando.
Más de 10,000 personas podrían haber perdido la vida en la prefectura costera de Miyagi (noreste de Japón), la más cercana al epicentro, declaró el jefe de la policía local, Naoto Takeuchi.
El gobierno afirmó haber duplicado de 50,000 a 100,000 el número de soldados que participan en una enorme operación de rescate en las zonas siniestradas de la costa pacífica, con la ayuda de 190 aviones y decenas de navíos.
Los primeros equipos de socorro enviados por Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Suiza, Gran Bretaña y Estados Unidos empezaron a llegar ayer domingo.
SIGUE EN AUMENTO LA CIFRA DE VÍCTIMAS
Las autoridades de Japón elevaron ayer a casi 1,600 los muertos por el terremoto y posterior tsunami del viernes, mientras se sigue sin localizar a más de 10,000 personas atrapadas bajo los escombros o mar adentro por la ola gigante. En las últimas horas, un total de 643 muertes fueron confirmadas en la provincia de Miyagi, la más devastadas por el sísmo en el noreste del país, con lo que el total se sitúa ahora en 1.596 víctimas mortales, según la televisión NHK.
Localidades costeras como Minami-Sanriku han visto prácticamente todos sus edificios destruidos. En otros núcleos urbanos, como la ciudad de Sendai, continúan apareciendo cuerpos sin vida en las playas y la labor de los equipos de rescate se ve dificultada por las constantes réplicas y la magnitud de la devastación causada el terremoto de 9 grados de magnitud en la escala abierta Richter. Las autoridades locales también buscan a más de mil vecinos en Fukishima.
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