Junto a la actriz Sophie Evans, es portavoz del Salón Erótico de Barcelona. Está felizmente casado con Noemí y asegura que le da pudor exponer en público su vida privada.
- Max Cortés y Sophie Evans. Foto: JOSEP GARCIA
Recuerda que un buen día debutó como estríper y ganó 35.000 pesetas. Y una cosa le llevó a la otra. Su primera película, ‘Rito sexual’, es de 1994, pero ha rodado unas 1.500. «Me gano bien la vida vendiendo ilusión y fantasía, que falta nos hace», asegura. Es el alma del salón que se celebra este fin de semana en la Fira de Cornellà y por el que van a pasar un centenar de artistas del porno. En un momento en que las pelis para adultos flojean, hay que buscar nuevas fórmulas.
–Cuando dice que el sexo a usted le salvó la vida, ¿no le pone fantasía?
–Yo lo tenía mal. Las malas compañías, ¿sabe? Nací en el seno de una familia humilde y honrada del extrarradio de Barcelona y trabajaba en un gimnasio por cuatro duros. Hasta que me ofrecieron entrar en el cine porno. Ahora tengo mi casita y lo mejor es que he viajado por todo el mundo. También he conocido a muchas mujeres, que no está nada mal.
–¿Prefiere la sala de montaje o montarla durante el rodaje?
–Yo siempre he sido y seré actor porno. Por circunstancias, di el paso detrás de la cámara, pero yo donde quiero estar es delante. Por eso grabo tantos planos subjetivos: ya que no estoy en la escena, tomo parte con la cámara.
–Las ventas de películas han caído un 25%. ¿El porno se arruga?
–Estuvo una época de bajón. Ahora parece que el sector se anima y tira para arriba. Este salón es un buen ejemplo. Están todos los que se dedican al ocio para adultos. Habrá espacio para el porno gay, para el intercambio de parejas... Se están volviendo a producir contenidos para telefonía móvil e internet, que es donde está hoy el negocio. Pero se hacen menos películas, sí. El DVD porno está más muerto que vivo. Es un formato incómodo. Poca gente tiene las pelis porno en la estantería del comedor. Yo no tengo ni una.
–Los guiones tampoco ayudan.
–Le voy a confesar algo: yo en mi vida me he leído un guión. Y me han pasado alguno. Pero lo más fuerte es que nadie, ni el director, lo ha notado. Interesa lo que interesa. Si alguien ve una película mía entera lo considero un fracaso.
–¿Le molestó que se publicara que Tinto Brass va a rodar la primera película porno en 3D cuando usted ya ha hecho una?
–Y tampoco he sido el primero. Porno en 3D ya se ha hecho desde los años 80. Lo que ocurre es que hasta ahora era complicada su distribución. Con las pantallas en 3D y el Blu-ray, eso se va a recuperar. Verás la peli con las gafas y fliparás con lo que da de sí la profundidad de campo.
–¿Tiene más de Max que de Cortés?
–De Max voy servido. Y siempre he sido muy correcto con los compañeros y compañeras de oficio. Quizá por la educación. Yo fui a los salesianos y sigo manteniendo buenas amistades con profesores.
–Mañana es el día de la madre. ¿A la suya la tiene contenta?
–Mi madre está orgullosa de que me dedique al porno. Se ha empeñado toda su vida, y lo sigue haciendo, en que fuera una buena persona. Y creo que lo consiguió. Dedicarse al cine para adultos no es el peor trabajo que se puede tener. No le hago daño a nadie y me gano bien la vida vendiendo ilusión y fantasía, que falta hace.
–Más que un semental, parece usted un sentimental. Hasta ha colgado las fotos de su boda con Noemí en su página web.
–Fue en Las Vegas hace seis años y ahora nos queremos casar aquí. Le diré algo: me da mucho pudor exponer mi vida privada. Y practicar sexo delante de una cámara no es mi vida privada. El sexo que ofrecemos en las películas no es mi intimidad, es solo una interpretación.
–¿Dónde se cocina el mejor porno?
–Estados Unidos sigue siendo una potencia. Pero el porno que hacemos aquí está reconocido en todo el mundo. Hemos recibido muchos premios en Las Vegas, que es donde se conceden los Oscar del porno.
–¿Y Montilla lo sabe?
–Supongo que sí. Es un hombre que está al corriente de lo que pasa en Catalunya, ¿no? Con respecto a los políticos, le diré que nosotros no vamos por ahí mendigando las ayudas que el Gobierno da al sector audiovisual. Y si lo hemos hecho alguna vez, ya hemos desistido. Que se queden con su dinero. Y eso que el negocio está jodido.
–¿No se imagina entonces un Goya al mejor porno del año?
–No sé qué diría la ministra de Cultura al respecto. Francamente, nos interesa estar al margen. El porno siempre ha vivido de la doble moral del que se desahoga en privado.
–Los seguidores del salón erótico han elegido a la actriz Marta Torné y al futbolista Gerard Piqué como los más sexis de Catalunya. ¿Nada que objetar?
–El pueblo es sabio. Los dos están muy bien. Son dos cuerpazos.
–El Barça no pudo rematar.
–El fútbol –está comprobado– ayuda a crear un clima de euforia y de excitación en la gente. Que vengan al salón y les levantaremos la moral.
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