miércoles, 2 de mayo de 2012

20 de Mayo del 2012: Cita Histórica del Pueblo Cristiano


Por: César Matos
(cesarmatosrd@yahoo.com)
NUESTRA RESPONSABILIDAD
Frente a la inminencia de las elecciones nacionales del próximo 20 de mayo, me siento privilegiado en ser parte de la familia de Dios, a la cual entré a formar parte (sin trámites ni papeleos) aquel día en que le pedí personalmente a mi Señor Jesucristo que entrara en mi corazón y gobernara mi vida para siempre. Me comprometí a amarlo, seguirlo y servirlo de corazón. Soy hijo, porque Cristo en mí me concede el derecho de adopción; por eso “cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por el amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3, 7-8). 

Sin embargo, esto no quiere decir que el creyente cristiano debe permanecer indiferente frente al grave escenario político que se nos presenta hoy en nuestro país. En este escenario Dios nos coloca en el valle de la decisión electoral: votar bien o votar mal. Es el mismo escenario profético que planteó Moisés al pueblo de Dios en Deuteronomio 28,1-14: “Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos los mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios: Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa. Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas. El SEÑOR hará que los enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; saldrán contra ti por un camino y huirán delante de ti por siete caminos. El SEÑOR mandará que la bendición sea contigo en tus graneros y en todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Te establecerá el SEÑOR como pueblo santo para sí, como te juró, si guardas los mandamientos del SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos. Entonces verán todos los pueblos de la tierra que sobre ti es invocado el nombre del SEÑOR; y te temerán. Y el SEÑOR te hará abundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu suelo, en la tierra que el SEÑOR juró a tus padres que te daría. Abrirá el SEÑOR para ti su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado. Y te pondrá el SEÑOR a la cabeza y no a la cola, sólo estarás encima y nunca estarás debajo, si escuchas los mandamientos del SEÑOR tu Dios que te ordeno hoy, para que los guardes cuidadosamente; no te desvíes de ninguna de las palabras que te ordeno hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses y servirles”.

En el devenir de la historia la nación dominicana ha sido, es y será conducida sabiamente al propósito Dios, y satanás no podrá cambiar los tiempos. Los diseños de Dios para este país ya están establecidos en el cielo. La oración de fe del creyente trae estos diseños a nuestro mundo natural, y los reafirmamos ejerciendo nuestro voto con mucha fe y mucha responsabilidad. La variable inflexible del tiempo nos revela a cada paso el amor de nuestro padre celestial por un pueblo dominicano, al cual quiere bendecir para testimonio de todas las naciones.

Si tal vez una parte del pueblo cristiano no ha discernido por quien votar, no es prudente  relegar una decisión tan importante para cuando se esté frente a la urna. Es cierto que Dios también estará ahí contigo, pero eres tú quien debe decidir por quién hacerlo. Antes de hacerlo pasa tiempo con Dios en el lugar secreto (Mateo 6,6) para que Él te muestre cual es su ungido, cuál es el futuro presidente que está en su corazón. Si tomas una mala decisión Dios te seguirá amando, y si le pides perdón te perdonará, si lo haces de corazón; pero recuerda que aunque por la gracia del perdón eres restaurado, no recibes una exoneración de las consecuencias de tu mala elección. Ellas estarán sobre ti, sobre tu casa, sobre tu pueblo y sobre el país entero.

Las consecuencias de nuestro voto alcanzarán generaciones completas después de nosotros. Nuestro voto compromete la prosperidad de nuestros hijos. Si votamos bien, estaremos sembrando las oportunidades que necesitan para su futuro. “¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!” (Salmo 2).

Aunque tomemos malas decisiones Dios sigue firme en su trono, pero como a todo buen padre le duele que sus hijos hagan lo malo, en vez de hacer lo bueno. No cosechamos manzanas si sembramos espinos. Asimismo, un buen sembrador no pone su mejor semilla en un terreno infértil.

Si pedimos sabiduría a Dios Él nos la dará.  “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).
                            
¿CUÁL ES EL CANDIDATO DE DIOS?
El candidato que será de bendición para el pueblo dominicano tiene el sello de Dios, y en él ha sido depositada la unción para gobernar aun antes de que éste haya sido elegido. La presencia del amor de Dios en él es el sello por el cual lo podemos identificar.

Somos la imagen del amor de Dios. Si no tenemos amor, Dios no está en nosotros y no somos de Dios.

Queridos hermano y hermana en Cristo, que la sabiduría y la prudencia te acompañen en el día de la decisión. La indiferencia no es una elección. El voto nulo no es una elección. Ambas cosas constituyen una falta ante Dios, porque habrás pospuesto la elección del bien que Dios pone delante de ti.

Dios está llamando a todo el que en Él cree para que levante su voz profética, para que haga un vallado alrededor de nuestra nación clamando el perdón por los pecados generacionales de nuestro pueblo.

Yo te invito a que te unas al clamor para que nuestro Padre celestial no nos juzgue conforme a nuestros pecados, sino que se acuerde de su misericordia, para que nos conceda las bendiciones de su promesa y borre nuestras culpas por la preciosa sangre del cordero.

¡¡¡Levántate y declara, profetiza!!! (Ezequiel 37). El Señor ha puesto su palabra en tu boca para arrancar, derribar y destruir las obras del diablo; para plantar la palabra  de Dios y extender su reino aquí en la tierra (Jeremías 1, 9-10).

No te rindas, nuestra obra de edificar el reino es aquí en la tierra (como está hecho en el cielo) por medio de su palabra; las obras del diablo deben ser destruidas también aquí en la tierra por el poder de la palabra de fe que Dios ha puesto en nuestra boca. Nuestra misión es aquí y ahora, que no te engañe el diablo. ¡Cree, profetiza y participa!

El conocimiento y la sabiduría están en los hombres y las mujeres de Dios. En los hombres y las mujeres  de Dios está la visión sobrenatural de las cosas por venir. Por la fe recibimos aquellas cosas que esperamos, ¡no temas ni desmayes, Dios está contigo, nadie te podrá hacer frente! (Josué 1,9).

Hermano en Cristo, no olvides que en tu casa, en tu barrio, en tu pueblo y en esta nación, tú eres la luz y la sal de la tierra (Mateo 5, 13-16). Sin tu participación en la vida política de la nación otros estarán decidiendo por ti que te llamas a ti mismo bueno. Sin tu participación la nación anda en tinieblas. Sin los cristianos el mundo no tiene sentido, ni color ni sabor. Yo te digo en esta hora tan crucial: ¡Levántate y resplandece, porque ha venido tu luz, la gloria de Dios ha venido sobre ti! (Isaías 60,1).

Nuestro Padre Dios no quiere cualquier presidente para la República Dominicana. Dios nos quiere dar el mejor presidente. Siempre ha querido lo mejor para los dominicanos. Él ha creído por el mejor. Cree tú también con la fe de Dios. Él es Dios de excelencia no de mediocridad, Dios de prosperidad no de miserias, de riqueza no de pobreza, de orden no de caos, de luz no de tinieblas. El diablo ha querido que este pueblo se conforme con cualquier cosa, pero Dios ha querido, quiere y siempre querrá que la República Dominicana sea el modelo de crecimiento y desarrollo en todos los órdenes, que sea un modelo de paz, seguridad y bonanza. Las naciones del mundo vendrán y se asombrarán, querrán ver cómo y cuándo ocurrió todo esto. Todos los visitantes del mundo proclamarán: ¡Dios ha engrandecido este pueblo!

El presidente que Dios ha elegido arde de pasión por servirle a su pueblo, es prudente, sabio, humilde, firme y demócrata, comprometido, respetuoso de la constitución y las leyes; es el soldado de la revolución que este pueblo ha estado esperando. El presidente que Dios ha elegido está lleno del amor de Dios.

¿POR QUÉ DEBEMOS ELEGIR UN PRESIDENTE?
No elegimos un presidente porque este sea un militante de la religión nuestra. Estamos en el deber de elegirlo porque así lo manda la constitución cada cuatro años. Y si Dios respeta la constitución y las leyes establecidas en la República Dominicana, nosotros debemos hacerlo también ya que somos imitadores de Cristo.

Nos guste o no debemos pagar los impuestos (Mateo 22, 15-22), debemos honrar la bandera, …y, por supuesto, debemos elegir los presidentes, porque con estas acciones honramos a Dios, no a los hombres. Si no, cómo es que puedes decir que honras a Dios  si antes no honras a tus padres; al honrar a tus padres estás también honrando a Dios. De igual manera, cuando votas estás honrando el mandato de la constitución, y por tanto honrando a Dios. Así como el esposo es la cabeza de la esposa y del hogar, Jesús es cabeza de la Iglesia, y el presidente es cabeza de la nación.

Elegimos un presidente porque vemos en el candidato capacidad para gobernar, porque vemos en él un hombre íntegro, porque está la presencia de Dios en él. Es Dios quien delega su autoridad en los presidentes sea creyente o no, porque es Dios quien los escoge, ellos echan a andar el plan de Dios para su pueblo. O acaso no fue al rey Ciro a quien Dios encargó construir su templo en Jerusalén, y fue este rey quien autorizó la repatriación de aquellos que quisieron regresar voluntariamente a Jerusalén, cuando el pueblo de Dios aún estaba en el destierro (Esdras 1, 2-4). Dios no unge dos reyes al mismo tiempo. Dios no duda.

Hermana y hermano en Cristo, si estás enfocado en Dios no debes dudar. Hónralo!! Da tu voto por la excelencia!! Cualquiera no es el mejor. Sembrando tu voto el 20 de mayo del 2012 estarás heredando a tus hijos la cosecha del futuro. Te pregunto: ¿Cuáles son los frutos que tú esperas que tus hijos cosechen?. Si esperas buenos frutos tienes que sembrar tu buena semilla en la mejor tierra.

CON CRISTO SENTADO A LA DIESTRA DEL PADRE
Nuestro compromiso de votar no significa arrodillarnos, ni mendigar ante los políticos. Cumplimos con nuestro deber cristiano por amor a Dios. Al cristiano que tenga una carrera política que Dios lo bendiga, que Dios bendiga al hermano que escogió la carrera de la medicina, que Dios bendiga al Pastor y al Profeta, que bendiga todos los ministerios de la Iglesia.

Que Dios nos bendiga a cada uno en nuestra vocación, pero ¡es hora de romper los límites!. Es una mentira del diablo aquello de que los cristianos no deben meterse en política. Los cristianos tenemos el deber de participar y elegir,  y elegir bien.

Nuestro lugar no es correr detrás de los políticos, sino estar con Cristo en lugares celestiales, a la derecha del padre. Recordemos que si los que nos gobiernan son malos los cielos se cierran, como si fueran de bronce (Deuteronomio 28,23) y la tierra se resiste a dar su fruto, como si fuera de hierro.

NO DEJES DE CLAMAR Y PROFETIZAR
Hermanas y hermanos, estén despiertos. Permanezcan orando, clamando perdón por nuestros pecados a nuestro Padre Dios en el nombre de Jesús, profetizando para que Dios cambie lo torcido que está en nuestro corazón. Perdonemos unos a otros nuestras faltas (Efesios 4,31-32). Pidamos perdón a Dios por los pecados de toda la nación para que cada dominicano vaya a las elecciones sin odio, sin resentimientos, sin rencores, que cada uno pueda colocarse ante la urna de votación seguro del futuro que tenemos en Cristo nuestro Señor y Salvador.

Recuerda que satanás también profetiza a través de la gente negativa, él profetiza que todo está perdido y que nada vale la pena, que da lo mismo votar por el mejor o por el peor. El diablo te puede sorprender diciéndote que Dios no se mete en política, que Él no está a favor de nadie. !Sacúdete! No le creas al diablo. Dios pelea por aquellos que defienden la causa de la verdad, la justicia y el derecho. Todo  lo bueno que hacen los hombres viene de Dios no del maligno (Santiago 1, 17). Dios te dice en esta hora que este es el tiempo de su manifestación gloriosa en la República Dominicana.

Declara que nuestra nación mora bajo el abrigo del altísimo, que los dominicanos hemos escogido a Dios por escudo y por bandera (Salmo 91), declaremos que el Señor es la roca que nos salva. Declaremos que el bien y la misericordia nos siguen todos los días de nuestra vida (Salmo 23).

Por mucho tiempo el diablo ha querido ocultar que la oración de fe de los creyentes es poderosa y mueve la mano de Dios en dirección a la bendición. La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5,16).

POR QUÉ DEBEMOS PERMANECER ORANDO
Debemos permanecer orando porque Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar (1Pedro 5,8), siempre está tramando maldad. Mientras que el propósito de Satanás es la perdición de los hijos de Adán, el propósito de Dios es la salvación del hombre caído por medio la sangre preciosa de su hijo, el cordero que se inmoló por el perdón de la República Dominicana. Al orar cubramos nuestra nación con la preciosa sangre que nos salva, la sangre de Jesús.

Debemos orar y profetizar ya que en nuestra oración de fe está la semilla de las cosas por venir. Todo lo que sucede en el mundo visible ya ha sido desatado por la palabra que declaramos ayer. Todo lo que sucederá mañana debemos profetizarlo hoy. Cuando oramos todo lo que está escondido sale a la luz y los planes del diablo quedan al descubierto, y como la luz echa fuera las tinieblas el pobre diablo tiene que irse al mismo lugar de donde salió. ¡Hermano profetiza!
           
Hermanas y hermanos, recordémosle a Dios la fe de nuestros padres fundadores de  la nacionalidad. Recordémosle que ellos pusieron en Él su corazón jurando en el nombre de la santísima, augustísima e indivisible Trinidad de Dios omnipotente. Recordémosle que nuestra bandera fue atravesada con Cristo por una cruz blanca. Recordémosle que nuestro escudo fue consagrado por medio de su palabra: que los dominicanos conocerán la verdad y serán libres (Juan 8,32).
¡¡Cuando nuestros padres fundaron esta nación alzaron sus ojos al cielo!!

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