El primer censo de planetas en la Vía Láctea arrojó cifras astronómicas: hay al menos 50.000 millones de estos cuerpos celestes en nuestra galaxia.
Además, los científicos descubrieron que 500 millones de esos planetas están en la zona donde podría haber vida porque las temperaturas no son tan extremas. Las cifras se estimaron a partir de los resultados iniciales que transmitió el telescopio buscador de planetas Kepler de la NASA estadounidense.
Los científicos tomaron la cifra de planetas encontrados en el primer año del telescopio, en que se buscó en una pequeña parte del cielo y luego calcularon qué tan probable es que las estrellas tengan planetas a su alrededor, explicó el jefe de la misión Kepler William Borucki.
Hasta ahora, el telescopio encontró 1.235 candidatos a planetas, 54 de ellos en la zona posiblemente habitable.
Su misión principal no es estudiar cada cuerpo celeste, sino darle a los astrónomos una idea de cuántos puede haber en la galaxia, en especial los que pudieran contener formas de vida.
Según calcularon, una de cada dos estrellas tiene planetas y una de cada doscientas tiene planetas que están en la zona habitable, anunció el sábado Borucki en la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Progreso de la Ciencia en Washington.
Esa estimación es la mínima, porque las estrellas pueden tener más de un planeta, como en el caso del sol y porque Kepler aún no ha tenido tiempo de detectar los planetas más alejados de las estrellas, agregó.
Durante muchos años, los científicos estimaron que la Vía Láctea tenía al menos 100.000 millones de estrellas, pero el año pasado un investigador de la Universidad de Yale determinó que el total está cerca de los 300.000 millones.
Y eso es sólo en nuestra galaxia, mientras los científicos estiman que hay 100.000 millones de galaxias.
Semejante cantidad de lugares donde podría haber vida llevan a la pregunta: “¿Por qué no nos han visitado?”, dijo Borucki.
EEUU ASPIRA A NUEVA ESTRATEGIA ESPACIAL
El ejército estadounidense necesita proteger mejor sus satélites y reforzar su capacidad de usarlos como armas, a medida que el inexplorado campo de batalla que representa el espacio se congestiona cada vez más y se vuelve más peligroso, dijeron líderes del Pentágono.
La nueva estrategia militar en el espacio busca más cooperación con otros países en programas espaciales con el objetivo de mejorar la habilidad de Estados Unidos para enfrentar a sus enemigos.
“Es un dominio más, como el aire, la tierra y el mar”, dijo el general Kevin Chilton, quien dirigió el Comando Estratégico de EEUU hasta que se retiró recientemente.
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