El asesino-suicida se llamaba Ángel Rafael Jiménez Morillo, de 30 años de edad, quien administraba el super colmado Gokú, ubicado en la misma vía. Testigos dijeron que llegó pistola en mano al negocio donde la muchacha trabajaba, obligó a salir a los demás empleados, la llevó a la parte trasera del establecimiento, le disparó en la cabeza y luego él se dió un balazo en la cabeza.
Según dijo la madre de la joven, Felicia Reyes, Jiménez Morillo vivía enamorado de su hija, pero ella no le hacía caso.
Otras versiones recogidas en el lugar dan cuanta de que había una relación de pareja y que el miércoles habían tenido un altercado.
Elsa de los Santos, quien se identificó como cuñada del asesino-suicida, dijo que éste era casado y que tenía un hijo. “Nosotros desconocíamos que ellos tuvieran una relación”, agregó.
La multitud que se aglomeró en el lugar dificultaba el trabajo a las autoridades que recogieron los cadáveres. La joven madre residía en la calle La Zafra del mismo sector.
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