El urólogo John Patterson ha reconocido que durante la operación, que se llevó a cabo en un hospital judío en 2007, decidió amputar el miembro de Phillip Seaton aunque asegura que lo hizo porque durante el proceso localizó células cancerígenas muy desarrolladas.
Sin embargo, esta excusa no le vale a su paciente, quién ha denunciado que al extirparle el tumor (y el pene) sin su consentimiento, le privó del derecho a obtener una segunda opinión.
Pese a que el doctor aseguró que las células descubiertas eran peligrosas y que le operó para evitar que el cáncer se extendiera, un posterior exámen de las muestras arrojó que la enfermedad se encontraba en una primera fase y podría haber sido tratada.
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