El estudio consistió en que 212 voluntarios durmieran con un aparato llamado calorímetro, que registra el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono de la persona. En promedio los voluntarios quemaron 1.763 calorías al día. Pero los que mostraron los síntomas más severos de apnea quemaron 1.999 calorías.
Las calorías adicionales que queman las personas con apnea severa, dicen los autores, equivale al número de calorías que se queman durante una rutina vigorosa de ejercicio durante 30 minutos en el gimnasio.
¿Pero cual es la razón por la que pierden calorias?
Según los investigadores la causa podría ser que el sistema nervioso utiliza energía para responder a la pobre calidad de los patrones de sueño de los que roncan de forma pesada. Y las consecuencias se sienten durante el día, cuando las personas que sufren apnea de sueño sufren ansias de comer o demasiada pereza para hacer ejercicio. Sin embargo, tal como señalan los autores, esto no explica por qué ser obeso y tener apnea parecen ir de la mano.
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