Según el diario China Business News, Google comunicará mañana el cierre de sus servicios en mandarín, Google.cn, a partir del 10 de abril.
El periódico cita como fuentes a un empleado y a un agente de ventas anónimos de la empresa estadounidense en la República Popular, el mayor mercado de Internet con 384 millones de usuarios.
Eric Schmidt, consejero delegado de Google, señaló la pasada semana que esperaba lograr un acuerdo con Pekín para ofrecer una versión sin censura de Google.cn en el país, pero las posibilidades de que esto ocurra son prácticamente inexistentes.
Como sucede con todas las demás compañías de Internet que operan en la República Popular, Google debe doblegarse a las normas gubernamentales y filtrar los resultados de las búsquedas que el Gobierno considera "información sensible", términos como la matanza de estudiantes de Tiananmen, la represión en Tíbet y Xinjiang y otras violaciones de derechos humanos.
El conflicto entre la firma de Silicon Valley y el Gobierno chino estalló en enero cuando Google anunció que dejaría de censurar los resultados de las búsquedas en su versión en mandarín.
Esta decisión llegaba después de varios ciberataques de China a las cuentas de Gmail, el popular servicio de correo electrónico de Google, de varios activistas chinos pro derechos humanos.
En la prensa estadounidense se espera que Google ponga el lunes fin a un rifirrafe que ya dura varios meses y se aplaude una salida de China como la decisión correcta.
Entre muchos analistas y usuarios de Google no se ha visto nunca con buenos ojos que el buscador, cuyo lema es "no seas malvado", se doblegara a la censura.
Otra cosa es cómo reaccionen las acciones en Bolsa de producirse el anuncio.
Algunos expertos creen que el fin de los negocios de Google en el país con mayor número de internautas del mundo supone cerrar la puerta a una importante fuente de ingresos.
Desde que comenzaran en enero las tensiones entre Pekín y el buscador, los títulos de la firma han bajado un 6,3 por ciento, mientras que el Nasdaq ha mejorado un 3,4 por ciento.
El conflicto tiene además el potencial de enfriar aún más las relaciones entre China y el Gobierno estadounidense tras el plan de EEUU para vender armas a Taiwan por valor de 6.400 millones de dólares y la audiencia del Dalai Lama en la Casa Blanca en febrero.
Si Google sale finalmente de China, no es probable que otras firmas sigan su ejemplo, consideran los expertos, que esperan más bien que la competencia aproveche el movimiento para ganar cuota de mercado.
Los analistas coinciden en que el principal beneficiado sería Baidu, el primer buscador de China en número de visitas y que ya acapara un 58 por ciento de las búsquedas en el país, frente al 36 por ciento de Google.
Otro potencial beneficiado es Bing, el buscador de Microsoft, que lanzó su versión china en junio del pasado año y que cuenta en el país con una cuota de mercado de sólo el 1 por ciento.
Poco después de que Google anunciara en enero su posible salida de China, tanto Gates como Steve Ballmer, consejero delegado de Microsoft, reiteraron que su compañía permanecería en el país y cumpliría con las normativas locales, lo que se traduce en filtrar la información política considerada "sensible" por el régimen de Pekín.
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