Fernández no solo garantiza la aprobación de la reforma constitucional que pasará a la historia como “la reforma de Leonel”, sino que también se apunta otros logros, algunos de ellos probablemente no calculados.
Por lo pronto, un efecto que logra el gobernante es adueñarse plenamente del escenario político dominicano, convirtiéndose en el centro de atención.
A Fernández, según dicen muchos analistas, le gusta colocar determinados temas en agenda para distraer a la población, recurso que también se le atribuía al extinto Joaquín Balaguer.
Si eso quería, lo logró con creces, ya que actualmente se habla más de los acuerdos que del alza de la tarifa energética, el precio de los combustibles u otros problemas coyunturales o de larga data.
Pero también Leonel, con los últimos acuerdos, se da el lujo de escoger a sus adversarios o al menos muestra quiénes deben ser sus interlocutores en la oposición.
En el caso del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) decidió pactar con Miguel Vargas, quien pese a que encabeza el grupo mayoritario, hasta el momento es solo eso, un jefe de una tendencia que aun no ostenta uno de los principales cargos directivos, aunque se vislumbra como el próximo presidente de la organización.
Pero cuando le tocó firmar un acuerdo con los reformistas, decidió irse por la vía institucional, escogiendo como su contraparte a quien todavía ostenta la presidencia del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), aunque hace mucho que prometió dejar el cargo.
Otro punto que se anota el jefe del Estado con su pacto es que logra consolidar su liderazgo dentro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pues no vacila en tomar decisiones de relevancia sin consultar al Comité Político, aunque luego convoque a ese organismo para “validar” lo ya acordado.
De paso, el mandatario reafirma la imagen de concertador que siempre ha querido vender. Desde la convocatoria al Diálogo Nacional, en su primera gestión, Fernández se ha caracterizado por impulsar iniciativas de esa naturaleza, algunas con resultados y otras no.
Sus opositores dicen que se trata de poses, pero en esta ocasión, él contó con la colaboración de algunos de ellos.
Acuerdo “púrpura” con reformistas
Después de pactar con Vargas, se entendía que Fernández no necesitaba a los reformistas, por lo menos para la aprobación de la reforma. Por eso muchos ven el acuerdo con los rojos como un “premio de consolación”.
Sin embargo, este acercamiento no deja de tener importancia porque sería un primer paso hacia un acuerdo electoral para las elecciones legislativas y municipales del próximo año. Sería un acuerdo “púrpura”, que según el diccionario es el color “rojo subido que tira a violeta”.
Ganancias
Reforma
Logra empujar la reforma constitucional, que sería su gran obra en materia institucional.
Protagonismo
Otra vez, y como casi siempre ocurre, se coloca en el centro del debate político del país.
Adversarios
Tanto en el PRD como en el PRSC elige a sus adversarios y decide quiénes son sus interlocutores.
Liderazgo
Demuestra que es el líder en el PLD. Toma decisiones y luego “consulta” con los organismos.
Concertación
Confirma su disposición a dialogar, negociar y llegar a acuerdos incluso con sus opositores.
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