“Según todos los autores de aquellos libros, el abuelo de Aída no había sido asesinado. No se trataba de un magnicidio tampoco, sino de un “ajusticiamiento….Hasta donde sabía, su abuelo no había sido juzgado por ningún tribunal y sin embargo a sus asesinos se les llamaba ajusticiadores….Si queremos luchar por una democracia en nuestro mundo, no debemos tomarnos la justicia por nuestras manos” dice el texto. (página 197)
Sobre el triple crimen contra las hermanas Mirabal, se trata de exculpar al dictador de este hecho: ”Trujillo estaba consciente de que las acciones de los hombres que habían matado a las hermanas Mirabal, y a otros seres inocentes eran habitualmente provocadas por órdenes suyas. Los miembros del Servicio de Inteligencia Militar, el espeluznante SIM, eran muy crueles y, en no pocas ocasiones, hacían cosas que ni él les había encargado, adelantándose a sus “deseos”. (página 66).
Despojar la novela del Premio Nacional de Novela sería un grave error. Es un hecho difícil de aceptar para quienes entienden que el trujillismo ha continuado sin Trujillo. Pero negar ese derecho al reclamo, implica una intolerancia. Tienen razón a protestar las federaciones anti trujillistas. Ese es su deber. Para que el galardón no se legitime socialmente. El premio es literario. Franklin Franco rechaza la novela coratura. ra. Han Lo procedente es reivindicar el derecho a la protesta y a los recursos legales disponibles. Se debe protestar, sin duda. Por ese da la expresión fue que lucharoncharon, y murieron los ajusticiadores de Trujillo.
Y de modo directo, contando una supuesta conversación entre Trujillo y la madre de Aida, Octavia Ricart Martínez, pone en boca del dictador, lo siguiente :”Tú sabes muy bien que yo no las mandé a matar, Tantana. Eso fue un accidente, y además, hay algo que debes entender, aunque no estés de acuerdo. Cuando hay un régimen como el mío, no es “democrático”, algo en que personalmente no creo uno tiene que protegerse de sus enemigos---“ (página 65)”
Opiniones y debates
Hamlet Hermann, en un artículo publicado en el matutino Hoy de la fecha, revela que el texto inicial de la novela fue rechazado por Editorial Norma y que tenía 100 páginas más de las que fueron publicadas finalmente. Indica que el material fue retrabajado por el editor en jefe de la Editorial Norma, para adecuarlo “a los gustos del mercado”. “El producto de ese chapeo bajito hecho sin que la firmante influyera al respecto, fue lo que se publicó y dio margen al jurado calificador de la Secretaría de Estado de Cultura para premiarla” afirma Hermann.
Agrega que nadie les dijo a los jurados que el tema Trujillo estaba proscrito para los premios.
Franklin Franco, historiador, remitió a El Nacional, una declaración en la que dice: “Se trata en tal virtud, de una narración rústica que carece incluso de elegancia en el uso del lenguaje, ausente de belleza artística”. En nuestro país se ha orquestado en los últimos años una campaña intensa dirigida a rehabilitar la figura del tirano Trujillo y que la publicación de “A la sombra de mi abuelo” forma parte de esa campaña. Los diseñadores de esa campaña tratan de presentar al dictador Trujillo como un hombre bueno, disciplinado, amante del orden y de la paz, y como principal instrumento del desarrollo económico del capitalismo en nuestro país, ocultando la larga historia de crímenes y abusos que padeció nuestro pueblo durante su gobierno. En los últimos años se han publicado unas diez obras y se han escrito centenares de artículos de prensa dirigidos a este propósito”.
Los trujillistas, por su parte, sorprendieron hoy con un comunicado publicado en el diario Hoy, en un luctuoso fondo negro, (y letras rojas) en el cual indican que a los 48 años del “asesinato” del dictador Rafael L. Trujillo, “hemos disfrutado de la miel de la libertad, pero ahora son otras las cosas que nos oprimen…” citando el narcotráfico, la criminalidad, la corrupción generalizada, la impunidad, la haitianización del territorio nacional y hasta el caos en el tránsito. La firma del comunicado corre a cargo de una Fundación Orden (de la cual no aparece en Internet ninguna referencia), F. R. Trujillo Perdomo y Victor J. Sued.
¿Se entregará en paz?
El veredicto fue otorgado a Aída Trujillo Ricart por su novela !A la Sombra de Mi Abuelo”, otorgado por tres novelistas de prestigio (uno de El Salvador, otro de México y uno dominicano, Roberto Marcallé Abreu ) son incuestionables desde el punto de vista intelectual.
Son tres buenos novelistas en capacidad de juzgar una obra narrativa de largo esfuerzo.
Pero el premio duele y se lleva por delante disposiciones legales que prohíben la promoción del trujillismo, situación que no podía imponerse como condición a los jurados.
A ningún intelectual que va a ser jurado se le advierte que no puede dar un veredicto a favor de determinada obra participante. Una situación así no la aceptaría ningún jurado.
Para Secretaría de Cultura, la encrucijada es difícil en cuanto a la entrega del premio, lo cual es mandatario por las bases del concurso.
Dos por uno
¿Por qué son dos los jurados internacionales frente a un representante de la intelectualidad criolla?
Esto se decidió por petición de la clase intelectual dominicana ante una serie de premios que se daban anteriormente, cuando los jurados eran exclusivamente locales, a escritores que eran amigos o relacionados con los ganadores.
Cuando menos seis libros sobre Trujillo provenientes de quienes estuvieron en su entorno, de una manera u otras, desde Cucho Álvarez (que no se ensució sus manos de Sangre), hasta Johnny Abbes García (afortunadamente anotadas por el historiador Orlando Inoa, Letra gráfica y la biografía comentada de Porfirio Rubirosa a los que se añaden Yo Ramfis y Trujillo, Monarca sin Corona, (que no es un libro expresamente trujillista)}expone la amplia labor de construcción de infraestructura que, según su autor, el profesor Euclides Gutiérrez, permitió que el país se desarrollara.
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