NUEVA YORK.- El precio del petróleo de Texas, de referencia en Estados Unidos, bajó ayer un 7,5 por ciento y terminó la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) por debajo de los 50 dólares por barril por primera vez en tres años y medio.
Los contratos de futuros del Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en diciembre se abarataron hoy por quinta sesión consecutiva y restaron cuatro dólares al precio al que acabaron el miércoles, para situarse en 49,62 dólares por barril (159 litros).
Ese precio es una tercera parte (33%) del que tenían en julio, cuando los futuros de crudo llegaron a cotizarse a 147,27 dólares por barril, su máximo histórico.
Los expertos aseguraron que el hecho de que hoy expiren los contratos de diciembre, que son los de vencimiento más próximo, añade más volatilidad al mercado.
En tan solo cinco sesiones, desde el jueves pasado, estos contratos han perdido un 15% de su valor, de forma que quedan ya muy lejos las previsiones de expertos como los de Goldman Sachs o incluso del presidente venezolano, Hugo Chávez, que llegaron a asegurara que para final de año el barril de crudo podría rondar los 200 dólares.
Los contratos de gasolina también para entrega en diciembre se abarataron hoy diez centavos por galón (3,78 litros), hasta situarse en un dólar; mientras que los de gasóleo bajaron ocho centavos, hasta los 1,67 dólares.
Incluso el gas natural para entrega en diciembre redujo su precio y terminó la sesión a 6,31 dólares por mil pies cúbicos, 43 centavos menos que al cierre del miércoles.
La caída de ayer del precio del crudo, la mayor de este mes, tenía lugar tras dos días de debates en el Congreso estadounidense sobre si se deben conceder ayudas al sector automovilístico, que clama por un plan de rescate que le permita sobrevivir a la ralentización económica y el progresivo deterioro de sus cuentas y estructura de negocio.
Finalmente, el Congreso dio de plazo hasta el 2 de diciembre a Ford, General Motors (GM) y Chrysler para que presenten un plan de viabilidad, como condición para que puedan acogerse a un programa de ayudas públicas.
"Los ejecutivos no han convencido al Congreso ni al pueblo de Estados Unidos de que tienen un plan para salir de su crisis", dijo hoy el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, que mencionó que el Congreso podría reunirse de nuevo en la semana del 8 de diciembre.
Esta incertidumbre sobre el futuro del sector automovilístico se sumaba el temor que ya de por sí supone para los inversores la ralentización económica y la caída de demanda de crudo y carburantes que conlleva.
De momento, el Departamento estadounidense de Energía informó el miércoles de que las reservas de crudo y gasolina aumentaron durante la semana pasada, en línea con lo ocurrido desde hace meses, lo que impulsa la carrera bajista que protagoniza el precio del petróleo desde el pasado julio.
Un dato que se sumó hoy a la larga lista de malas noticias macroeconómicas que día a día reciben los inversores fue que el aumento de las solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos, para alcanzar la cifra más alta desde julio de 1992.
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