La cantidad de droga que pasa cada año por la región del Caribe está estimada en 200 toneladas. La Dea dice que llega en vuelos clandestinos y en contenedores de buques mercantes, donde son camuflada con mercancía legítima para evitar ser detectada.
Aunque las autoridades estadounidenses están satisfechas con el nivel de colaboración de parte de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y de las Fuerzas Armadas Dominicanas, agentes especiales de la Dea dicen que muchos vuelos que no tienen explicación, pues no son regulares, siguen llegando con cargamentos de drogas a la República Dominicana y Haití desde Panamá, Colombia y Venezuela.
Según la Dea, los narcos están utilizando también lanchas rápidas para transportar drogas y han introducido cambios en las rutas utilizadas en América Central y en la región del Caribe, principalmente luego de que se endureciera la batida a que son sometidos en México por los buenos resultados de la lucha conjunta de esa nación con los Estados Unidos en contra del flagelo.
Un dato revelador, de acuerdo a sus informes de inteligencia y de rastreo satelital y de radares, es que algunas aeronaves logran aterrizar para reabastecerse, luego de tirar la droga al mar.
En contenedores transportados en buques se almacena carga lítica con sustancias químicas que son empleadas para la fabricación de drogas sintéticas.
Preocupado por la creciente operación del narcotráfico en la región, el Departamento de Estado está interesado en duplicar la ayuda que ofrece mediante el Plan Mérida a los países de Centroamérica, incluyendo a Panamá, y en el Caribe a República Dominicana y Haití, pero para lograr ese objetivo tendrá que vencer cierta resistencia de parte del Congreso, que planea introducir recortes en esas asignaciones en lugar de ampliarlas, en vista de la crisis financiera por la que atraviesa los Estados Unidos.
El propósito de la administración del presidente Barack Obama es elevar de 50 a 100 millones de dólares la asistencia durante lo que resta de 2009 y mantener ese nivel de asignación durante el 2010, según revelaron funcionarios de la cancillería norteamericana.
Empero, en cuanto a México, donde Estados Unidos ha logrado el mayor nivel de colaboración alcanzado en décadas para reducir la cantidad de droga que pasa a su territorio, la asistencia proyectada por la pasada administración republicana, por el orden de 1,4 millones de dólares para un periodo de tres años, no podrá cumplirse hasta el 2011.
El Departamento de Estado teme incluso que la aprobación de la ayuda a este país registre en el Congreso una reducción a partir de ese año, en lugar del esperado aumento, lo que podría afectar el avance en el éxito obtenido en el combate concertado con las autoridades aztecas.
En esta lucha contra los cárteles de la droga, las acciones conjuntas realizadas en México han determinado el desplazamiento de las operaciones de esas organizaciones criminales hacia los países de la región centroamericana.
“Somos muy conscientes de que al haber tomado acciones en México, esto ha desplazado a los cárteles hacia Centroamérica y ahora son más activos y esto nos preocupa enormemente”, dijo Bill McGlynn, subsecretario adjunto del Buró de Narcóticos Internacionales y Aplicación de la Ley.
McGlynn y la subsecretaria adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, hablaron sobre el tema al conversar con periodistas de México, América Central y el Caribe.
Washington reconoce aportes el caribe
El director de El Caribe, Manuel A. Quiroz, participó en la “Gira periodística sobre el crimen internacional”, organizada por el Centro para la Prensa Extranjera del Departamento de Estado.
Quiroz fue invitado a participar en ese recorrido que incluyó entrevistas de alto nivel con funcionarios de alto nivel de la cancillería estadounidense y agentes especiales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, tanto en Washington como en Atlanta, estado de Georgia, donde está el principal centro operacional del organismo, en reconocimiento al liderazgo que ha mantenido este diario en cuanto a enfoques informativos y editoriales son sentido crítico en el tema de las drogas y el narcotráfico.
En el recorrido, que se realizó del 13 al 17 de julio pasado, también participaron periodistas de México, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Panamá.
Washington aceptó la nominación de El Caribe y de su director al acoger una propuesta presentada por la Embajada estadounidense en Santo Domingo, en la que se describía la contribución de este diario, difundiendo informaciones y comentarios para advertir los peligros del flagelo de las drogas y las implicaciones negativas sobre la juventud.
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