Madrid.- Algo más de tres años y medio después de la entrada en vigor de una controvertida Ley Antitabaco en España, "restrictiva" para unos y "descafeinada" para otros, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se plantea prohibir totalmente fumar en todos los sitios públicos.
"Nuestra sociedad está madura para prohibir fumar en todos los lugares públicos", manifestó hoy la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, quien parece decidida a endurecer al máximo la ley contra el humo de los cigarrillos que impulsó su antecesora en el cargo, Elena Salgado, ahora ministra de Economía y vicepresidenta segunda del gobierno.
La Ley Antitabaco entró en vigor el 1 de enero de 2006 con grandes críticas por parte de fumadores y de dueños de bares y restaurantes que se quejaban de los esfuerzos a los que la nueva normativa les obligaba para adaptar sus locales a la nueva situación y de las potenciales pérdidas económicas.
La Ley Antitabaco "ha sido beneficiosa", manifestó hoy Jiménez en declaraciones a la Cadena Ser. Gracias a ella, según la ministra, han sido muchos los fumadores que han abandonado el tabaco. Sin embargo, y según los expertos, parece que los efectos de la normativa han empezado ya a atenuarse. "El efecto de la ley sirvió para que la gente se animara a dejar de fumar, pero ya se está pasando", según el doctor Xulio Castañal, impulsor de iniciativas contra el tabaquismo.
En España está actualmente prohibido fumar en lugares de trabajo y en lugares públicos, con algunas excepciones. Los restaurantes y bares de tamaño inferior a los 100 metros cuadrados son libres de permitir fumar. Y éstos constituyen en torno al 80 por ciento de los locales de ocio.
Los que superan esa superficie deben establecer una zona separada y aislada para los fumadores, si es que deciden que allí se pueda fumar. Porque también pueden declararse libres de humos, aunque sólo lo ha hecho una minoría: 40.000 de los más de 350.000 locales de ocio repartidos por el territorio nacional han prohibido fumar o tienen áreas reservadas para los no fumadores.
El tabaco mata a más de 50.000 personas cada año en España, donde en torno al 30 por ciento de la población, unos 12 millones de personas, son fumadores.
La Ley Antitabaco nació también con la oposición sonada de la presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, del Partido Popular (PP), que se negó a aplicar la ley estatal tal cual. La suavizó, eliminando la obligación a separar físicamente las zonas de fumadores de las que no lo son y permitió fumar en celebraciones privadas y en los bares de los centros de trabajo.
El objetivo de lograr unos espacios públicos libres totalmente de humo que persigue Trinidad Jiménez no es nuevo en Europa. Países como Italia, Irlanda e Inglaterra cuentan ya desde hace un tiempo con prohibiciones totales a los cigarrillos. Y eso que el carácter italiano está más próximo al español que al nórdico. Y que muchos irlandeses pensaban que sería imposible disfrutar de las buenas pintas de cerveza en sus famosos pubs sin poder saborear también un cigarrillo.
La ministra de Sanidad tiene claro que el fumador es una persona "enferma" a la que se debe ayudar. Ello, unido a su consideración de que "a casi todo el mundo le apetece entrar en un espacio sin humo", es lo que le lleva a decantarse por la prohibición total. Y el Congreso de los Diputados ya instó el pasado 18 de junio al Ejecutivo socialista a endurecer la normativa al respecto para que, de manera progresiva, se vayan ampliando más los espacios libres de humo.
La mayoría de los españoles parece estar de acuerdo, si se hace caso a encuestas publicadas al respecto en los últimos meses, en las que en torno al 70 por ciento se inclina por ello. Y así lo recordó hoy la ministra de Sanidad. El sector hostelero, por el contrario, cree que le causará pérdidas económicas importantes.
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