Y a pesar de que en teoría gobierno y oposición coinciden en que frente a la crisis global es vital recortar gastos no imprescindibles, en la práctica ninguno reniega, como lo acaba de hacer Panamá, a pertenecer a este organismo cuya sede está en Guatemala.
Algunos -los menos- quieren pertenecer a este singular Parlamento porque su membresía les garantiza inmunidad; pero aunque nadie lo admite, la razón fundamental por la que muchos políticos dominicanos y centroamericanos quieren seguir perteneciendo o llegar a pertenecer a este organismo regional es económica.
Un ‘sueldito’ de US$4,200
Cada uno de los 22 parlamentarios que el país tiene en el Parlacen cobra unos US$4,200 mensualmente. Su único sacrificio: viajar a Guatemala la última semana de cada mes a participar en la “importante” reunión, cuyas conclusiones pocas veces se conocen y nunca se cumplen.
Esta suma incluye US$1,200 de salario y US$2,800 de viáticos por asistencia. Además, cada diputado al Parlacen recibe una cantidad específica de dólares para pago de boletos aéreos.
Parlamentarios designados
El Parlacen se integra con 20 diputados nacionales electos directamente mediante sufragio universal por los ciudadanos de cada Estado miembro, para un período de 5 años, pudiendo ser reelectos.
Sin embargo, en el caso dominicano, no son diputados como tales, porque no son electos mediante el voto universal, sino designados por el Presidente, debido a que todavía la Constitución no contempla ningún mecanismo para su elección.
Se espera que después de la reforma constitucional quede establecida su elección por voto directo. Mientras, la designación de tan codiciada posición depende de la voluntad del Presidente, quien acaba de emitir un decreto designando a 3 perredeístas como miembros del Parlacen.
Los miembros
El Parlacen, creado en 1991, es una organización integrada por 20 diputados de cada Estado miembro; los ex presidentes y ex vicepresidentes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá, y 22 parlamentarios designados por la República Dominicana.
Además, son “observadores”, los parlamentos de México, Puerto Rico, Argentina y Taiwán.
Costa Rica es el único país de Centroamérica que no se ha integrado al Parlacen, por considerarlo inoperante y muy caro.
Inmunidad para todos
Los ex presidentes Arnoldo Alemán (Nicaragua) y Alfonso Portillo (Guatemala) se han valido de la inmunidad parlamentaria que les garantiza el Parlacen a sus miembros para evadir la Justicia tras ser acusados por actos de corrupción en sus respectivos países.
Honduras, un ejemplo
La más reciente muestra de la inutilidad del Parlacen ha sido su inacción frente al golpe de Estado contra Manuel Zelaya, en Honduras. Incluso, varios de los representantes de Honduras están con el golpe. “Inoperante” y “una cueva de inmunidades”, según Panamá
El 18 de este mes Panamá anunció su decisión de abandonar el Parlacen y de inmediato su vicepresidente y canciller, Juan Carlos Varela, viajó a Guatemala para entregar la nota diplomática al Ministerio de Relaciones Exteriores para comunicarle la medida.
Varela dijo que después de notificar esta decisión a Guatemala viajaría a El Salvador y Nicaragua para dar una información formal a sus respectivos gobiernos.
La decisión de retirarse del Parlacen fue tomada por el nuevo presidente panameño Ricardo Martinelli, quien prometió durante la campaña electoral dar este paso, por considerar a esa institución como un órgano “inoperante” y “una cueva de inmunidades”.
Esta medida de Panamá afectaría aún más la imagen del organismo, según los analistas.
Empero, ningún otro país parece motivado, por el momento, a imitar la posición del Gobierno panameño.
En el caso dominicano, el ‘tirijala’ entre el Gobierno y el principal partido de oposición (PRD) es porque cada cual quiere tener el mayor número de “diputados” en ese foro regional.
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