SAN JUAN, Puerto Rico.- La puesta en circulación de la obra “Trujillo, Mi Padre" de la autoría de la hija del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, Angelita Trujillo fue boicoteada en Puerto Rico por dominicanos residentes en esa isla.
Con expresiones como “¡Asesino!” y “¡Sátrapa!” se escucharon en la publicación de la obra.
La autora llegó a Casa España en la isla del encanto, ataviada de gris y con fuertes medidas de seguridad fue trasladada a unos de los salones para evitar tener contacto con los medios de comunicación.
Alrededor de 167 sillas fueron ubicadas para los invitados. Se esperaban más de 200 personas, pero el salón fue abarrotado.
Hubo gente de pie, aplausos en varias ocasiones, brindis con vino blanco y tinto y una suculenta picadura, así lo publicó el periódico Clave Digital, este lunes.
Estuvieron presentes el ingeniero Pachín Ramírez, de la Alianza Dominicana; Rafael Ruiz, del Club Cultural de Veganos; Richie Levant, locutor; pero también el jefe de Prensa del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en la isla, Francisco Almanzar; el presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); el embajador honorífico del Gobierno dominicano, Victor Cabrera, entre otros.
Se supo que fueron invitados legisladores y funcionarios de Gobierno, pero no asistieron. Lo que sí fue notorio que algunos de los invitados vinieron desde Miami, lugar donde reside actualmente la autora del libro.
El reconocido astrólogo, Walter Mercado, estuvo presente, dijo ser muy amigo de la familia, y que de hecho, algunas de las biznietas de Trujillo, por parte de Ramphis Trujillo, lo visitan muy seguido en su casa de New Jersey.
“Mi padre está vivo”, dijo Angelita, “y vive en mi corazón”.
Señaló, que luego de la muerte de su padre, tuvo contacto, en varias ocasiones, con el fenecido ex presidente Joaquín Balaguer, pero que, según ella, nunca trataron el tema del régimen, sobre la muerte de su padre y mucho menos sobre el asesinato de las hermanas Mirabal.
Sus conversaciones eran sobre temas generales, y que el gobernante, que fue uno el más cercano colaborador de Trujillo, llegó a visitarla en su exilio.
Insistió una y otra vez que es necesario conocer lo que denominó “la otra parte de la historia”, siendo ella la única persona que tuvo “el privilegio de escuchar todas esas intimidades que aparecen esparcidas a lo largo de la obra”.
Expresó que a raíz de su salida de la “Ciudad Trujillo” (como se bautizó a la ciudad de Santo Domingo durante la tiranía), sintió por primera vez el deseo de conocer a su progenitor “mas allá del padre proveedor y amoroso que adoraba”.
La hija de “Angelita,”, María de los Ángeles Domínguez Trujillo, es actualmente sub jefa de la Fiscalía general en Puerto Rico, y aunque, con algunas evasivas, por haber manejado casos importantes en la isla, expresó su respaldo al libro de su madre, aunque aclaró que todavía no lo ha terminado de leer. En cuando a las protestas, expresó que forman parte de la democracia.
De su lado, Ramfis Domínguez Trujillo, sólo tuvo elogios hacia su madre y su abuelo, al tiempo de destacar que la recién creada Fundación Rafael Leónidas Trujillo, enfocará sus esfuerzos en ciclos de conferencias y mesas redondas para que “el pueblo conozca el mérito histórico” del tirano.
Citó una frase del ex presidente Balaguer “Todo tiene su tiempo en el reloj de la historia, ¡ay de aquel que se adelante!”.
Llamó a quienes no están de acuerdo con el libro de su madre a practicar la tolerancia. “No es necesario estar de acuerdo, pero el texto merece la misma consideración que los demás libros”, argumentó.
“Mi madre es inteligente, domina varios idiomas….”, dijo Ramfis mientras desde afuera se escuchaban a través de un altoparlante, las notas del Himno Nacional Dominicano.
Quienes estaban fuera fueron testigos de las discusiones, insultos y la impotencia de quienes, con dolor, veían como se pretendía revivir y reivindicar etapa histórica de oprobios, la que creían sepultada en el pasado.
El acto inició con las palabras del padre Rafael Capó Iriarte, sacerdote católico de la orden de los escolapios.
Héctor Álvarez Trujillo, graduado de la universidad Interamericana de Puerto Rico, tuvo a su cargo una exposición histórica sobre la publicación.
En su libro, Angelita Trujillo expresa sus puntos de vista y sobre su padre y su dictadura. A diferencia de la tensión que mostró en la ciudad de Miami, la autora estuvo más tranquila y pausada en la firma de libros, sonrió varias veces.
Dijo que quienes protestaban debían leer su libro, que cuesta US$49.00, para que conozcan de “los 30 años mutilados de las historia”.
Entre los convocantes al piquete frente a Casa de España en el Viejo San Juan, próximo al Capitolio, estuvieron presentes: José Rodríguez, portavoz del Comité Dominicano de los Derechos Humanos; los escritores Miguel Ángel Fornerín Cedeño, Eugenio García y Esteban Reyes; el ingeniero Nemen Hazim, la psicóloga Ilda Guerrero, de la Fundación de Mujeres Maltratadas, Iris Figuereo, Orlando Ramírez, José García, de los derechos, Eddy Guerrero, Freddy Aguasviva, entre otros.
En conversación con Clave Digital, Miguel Ángel Fornerín Cedeño enfatizó que la protesta estaba dirigida al acto y a la fundación que lleva el nombre de Rafael Trujillo y que busca resaltar y presentar al tirano como un modelo, lo que a su juicio es una burla a las miles de víctimas de la dictadura.
Trujillo gobernó durante casi 32 años la República Dominicana, imponiéndose con terror y represión, además de propiciar el abuso y el saqueo para su provecho personal, familiar y de sus más íntimos amigos y colaboradores.
Gran controversia ha generado la puesta en circulación del libro “Trujillo, mi Padre” de Angelita Trujillo, que ha sido calificado por las víctimas del régimen y sus familiares, como maquiavélica.
Un día después de la puesta en circulación de la obra en Miami, la periodista Alicia Ortega conversó con la hija del dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien durante la década de los cincuenta se convirtió en Reina de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre.
Durante la entrevista se trataron diversos temas, entre estos, el asesinato de las Hermanas Mirabal, sobre las torturas en la Cárcel de la 40 y hasta una confrontación que tuvo con su padre Rafael Leonidas Trujillo, al enterarse por primera vez sobre sus aventuras amorosas.
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