La policía informó que algunos de los manifestantes quemaron un autobús y un restaurante de comida rápida.
Las seguidores de Zelaya habían planeado que la movilización coincidiera con el arribo de una delegación de cancilleres latinoamericanos encabezados por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pero el rechazo inicial del gobierno de Micheletti postergó tal vista.
Varios contingentes habían salido desde el 5 de agosto desde diversas regiones de Honduras para concentrarse el martes en las dos principales ciudades hondureñas, la capital, Tegucigalpa, y San Pedro Sula.
Pequeños grupos de personas caminaron por días y fueron creciendo en número durante el trayecto.
Sin embargo, la marcha no tuvo los testigos internacionales que esperaba.
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