Eury Cabral, el comentarista de la Z 101, no se atrevió a decirlo y más bien ocultó la información; Alvarito Arvelo, el estelar comunicador del mismo medio, sin embargo, se arriesgó, por un aparente y soterrado ajuste de cuentas, a dejar caer algo de lo que sabía, pero sin detalles y sin la acostumbrada fanfarria.
Todo eso porque el tema se trata como un secreto entre aquellos privilegiados que lo conocen; caso extraño, porque esa ha sido una información que ha generado algarabías, entre ellos, y ha sido motivo de fiestas y comilonas en ocasiones previas.
Se dice que la sorpresa del síndico fue grande al enterarse de lo que está ocurriendo y se sabe, por lo menos, que su reacción ha sido eufórica e inmediata.
La descripción es patética; el síndico no aguantó más y como se dice en buen dominicano, Juancito no aguantó más y se “regó” de tal manera, que ya ustedes se imaginan esa escena.
Mandó a reunir a todos sus funcionarios y literalmente, se los comió; luego la emprendió contra sus regidores, entre quienes intentó repartir parte de la culpa de lo que estaba sucediendo a su alrededor; o más específicamente de lo que estaba ocurriendo con su intención re-postilarse al cargo.
Poco después, cuando se sintió más calmado y habiéndose hecho dueño de su habitual compostura de gran gerente, habría mandado a buscar a su equipo de comunicación en pleno, incluyendo a interactivos a sueldo, a quienes habría mandado a gritar a los cuatro vientos que él era el “único”, pero asegurándose de no decirle lo que realmente pasaba.
Luego le surgiría una idea maravillosa: mandar a toda su gente a caminar los barrios, bajar a los Intermedios y demostrarse que todo era una simple pesadilla.
Y justamente eso fue lo que les ocurrió cuando apenas comenzaron y esa fue la razón por la que se devolvieron del Camino Real.
La razón de todo ese nerviosismo es una encuesta. La encuesta del síndico, de cuyos resultados, sólo Alvarito se arriesgó a decir que “Domingo Páez sigue subiendo”, sin el más mínimo detalle.
A propósito, decía uno de los escribidores de Juancito, que el sindico no tenía que pegar una sola foto de campaña para ganarle ni a Domingo ni a Eladio ni a los dos juntos y menos de una semana después Juancito lo desautoriza con la soberbia y la prepotencia de inundar el municipio de una propaganda que no se corresponde con la seguridad de hace sólo dos semanas.
¿Qué es lo que pasa, entonces?
Que los números que arroja esa encuesta dicen todo lo contrario de lo que se creía; en Santo Domingo Este o más específicamente en el ayuntamiento.
Lo que pasa es que esa encuesta, la última, ha dejado claro que Domingo Páez se encamina a reivindicar el anhelo de un partido que reclama el rol para el que fue fundado y que Juancito le ha arrebatado.
Que los hombres y las mujeres que giran alrededor de Domingo Páez son la garantía de un triunfo que todavía las encuestas no son capaces de reflejar
.Lo que pasa en Santo Domingo Este es el resultado del esquema de un hombre que ha pretendido sustituir al partido con la arrogancia del típico empresario para quien el otro ser humano es un cliente más.
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