Santo Domingo.- El Black Jack nunca más tocará las salobres aguas del mar Caribe. Por disposición del presidente Leonel Fernández el “velero de placer” en el que Francisco Alberto Caamaño Deñó y otros ocho guerrilleros arribaron a la costa Sur del país, en febrero del 1973, con el objetivo de derrocar el gobierno de Joaquín Balaguer, ayer fue trasladado a los talleres de los Astilleros Navales, donde un equipo técnico de la Marina de Guerra lo someterá a un riguroso proceso de restauración.
Una vez reparada, la histórica nave será exhibida de manera permanente en las instalaciones de la Fundación Caamaño.
“Cuando lo veo me pongo nostálgico. Pienso en todos los compañeros ya desaparecidos, en sus sueños truncados.
Pienso que la República Dominicana necesita conocer estos ejemplos, conocer estas ideas, para enfrentar todos estos problemas que tenemos hoy, internos y externos”, dijo el ex guerrillero Claudio Caamaño, mientras sus ojos contemplaban, suspendido en el aire, al velero comprado por 40 mil dólares en Antigua.
El jefe de Estado Mayor de la Marina, vicealmirante Homero Luis Lajara Solá, dio instrucciones al director de los Astilleros, contralmirante Féliz Roa, a fi n de que la restauración concluya lo más pronto posible. El plan de los técnicos es devolver al Black Jack la apariencia que tenía cuando llegó al país con nueve hombres deseosos de mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los dominicanos, por medio a la creación de nuevas estructuras político-social.
Antes de trasladar el barco a los talleres, el secretario de Estado, Miguel Mejía, aseguró que es un interés del presidente de la República resguardar los valores históricos de la nación. La memoria del Héroe de Abril del 1965 es uno de esos valores a ser enaltecidos, enfatizó.
Nave de resistencia Los altos ofi ciales de la Marina de Guerra, conocedores de los distintos tipos de embarcaciones, se asombraron al ver la resistencia del Black Jack ante el saqueo y el abandono al que fue sometido.
El velero que llegó por playa Caracoles sirvió como nave de instrucción a los miembros de la Marina.
En el primer gobierno de Leonel Fernández, el ex combatiente Hamlet Herman estuvo al frente de la reparación del barco, pero posteriormente volvió a ser maltratado por saqueadores, en Boca Chica.
Pese a estos embates, el casco se encuentra en buenas condiciones, y los planes de restauración prometen devolverle su esplendor a la embarcación capitaneada por hombre que lideró la gesta de abril de 1965: El coronel Caamaño.
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