Su marido, Fausto Rodríguez, también explicó hace meses a la televisión CBS 2 que poco después de haber recibido unas inyecciones de silicona en marzo de 2009, Pichardo "dijo que tenía problemas para respirar y pidió que se la llevara al hospital".
Al día siguiente murió a causa de la acumulación de unos 1.400 miligramos de ese material en los pulmones.
Un mes después de la muerte de Pichardo, las autoridades de Nueva York alertaron del aumento de las inyecciones cosméticas practicadas de forma ilegal en la ciudad y de las hospitalizaciones relacionadas con ellas, especialmente entre mujeres hispanas y transexuales.
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