En la actividad no se logró leer los estatutos para dar inicio a la asamblea constitutiva, ya que cuando el presidente de la mesa, Simón Tomás Fernández, se disponía a dar lectura al documento, el delegado representante de Mao, Fausto Madera, pidió la palabra para proponer una reforma en los estatutos.
Tras cederle la palabra a Madera, y finalizada su intervención un gran número de delegados alzó inmediatamente la mano y gritando “aprobado”, mientras que otro grupo gritó “no va” y otros vociferaban “eso no está en la agenda”.
Esas reacciones adversas dieron paso a un desorden mayúsculo en la sala donde ni siquiera se escuchaba lo que hablaban por el micrófono.
Más tarde cuando un grupo de delegados intentó salir del salón, indignados por la situación que se estaba dando, la seguridad impidió la salida cerrando las puertas, por lo que se inició un forcejeo entre la seguridad y los delegados que terminó a puños. Mas
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