En una histórica sesión parlamentaria, Raúl Castro, de 76 años, tomó el relevo del histórico líder, acompañado por un dirigente comunista de la vieja guardia, José Ramón Machado Ventura, de 77 años. “Las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas con la defensa, la política exterior y el desarrollo económico del país” serán consultadas a Fidel, dijo Raúl, al pedir la aprobación del Parlamento, concedida por unanimidad.
En su discurso, Raúl exaltó la figura de su hermano, de 81 años, quien renunció el martes tras 49 años en el poder debido a una enfermedad que lo obligó a ceder el provisionalmente el mando a su hermano su hermano hace 19 meses. “Fidel es insustituible, y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente, aunque siempre estarán sus ideas”, manifestó el nuevo gobernante de Cuba, quien comanda las poderosas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) desde 1959.
En el tema más esperado de su discurso, los cambios económicos por ejecutar, Raúl Castro afirmó: “Somos conscientes de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía”.
En este sentido, anunció que se estudia la posibilidad de “una progresiva, gradual y prudente revaluación del peso cubano” y anunció que las próxima semanas comenzará a “eliminar las más sencillas prohibiciones”.
Aunque no precisó cuáles serán esas primeras medidas, añadió que “la supresión de otras regulaciones (...) tomará más tiempo”, debido a “que requieren un estudio integral y cambios” en las leyes.
Estados Unidos percibió posibilidades de cambios. “Hay posibilidad y potencialidad de cambio en Cuba, pero esos cambios tienen que nacer dentro de Cuba”, aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Tom Shannon.
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