Esta es la segunda vez en cuatro años que los jugadores, entrenadores y ejecutivos de los Medias Rojas son recibidos por Bush, quien fue ex gerente de los Rangers de Texas, otro equipo de las Grandes Ligas de béisbol. “Estoy verdaderamente orgulloso por los jugadores de Medias Rojas, sus familias y todos los asociados a esta franquicia increíble”, dijo Bush en una ceremonia que se desarrolló en un ambiente festivo.
El astro dominicano David Ortiz, bateador designado de los ‘patirrojos’, le mostró a Bush el trofeo de campeones mundiales, y el capitán del equipo, Jason Varitek, le regaló una camiseta con el nombre del presidente estadounidense en la espalda y el número 07. Bush elogió a Boston por mantener intacta la base de jugadores del equipo que ganó el campeonato de 2004 para ganar otra vez la Serie Mundial, la temporada pasada.
El mandatario también destacó el ejemplo del lanzador zurdo de los Medias Rojas, Jon Lester, quien luego de sostener una batalla valerosa contra cáncer, regresó a la competición, lo que ha servido de inspiración a mucha gente.
Lester comenzó la campaña de 2007 en rehabilitación con un equipo de liga menor, para retornar más tarde a los Medias Rojas y ganar el cuarto juego del Clásico de Octubre contra los Rockies de Colorado. El jardinero dominicano Manny Ramírez no estuvo presente en la ceremonia, ausencia que fue notada por Bush.
“Siento que Manny Ramírez no esté aquí, pero se debe a que su abuela murió”, dijo Bush. El presidente estadounidense también se refirió a la divertida celebración que realizara el relevista Jonatan Papelbon en los playoffs, cuando salió al terreno para bailar una danza en pantaloncillos interiores.
“El hombre (Papelbon) baila tan bien como lanza. Y aprecio su código de vestir, sobre todos los pantalones que usa”, dijo Bush en broma. Después de la ceremonia los Medias Rojas cruzaron la calle para ir al Hospital Walter Reed Army Medical Center en una visita a los veteranos de guerra heridos.
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