miércoles, 21 de octubre de 2009

Cientos de personas llegan a casa empresario Hato Mayor a conocer caballo hermafrodita


MANUEL A. VEGA
HATO MAYOR.- La aparición de un caballo hermafrodita en una finca de Hato Mayor, ha despertado la curiosidad de los nativos, que no están acostumbrados a ver con frecuencia este tipo de fenómeno en animales y se han arremolinado en la casa del empresario Freddy Mabí, en el barrio Villa Canto, a conocer del raro caso.

Este martes, Alfredo Rodríguez (Freddy Mabí), convocó a la prensa a su residencia del sector Villa Canto, donde presentó el animal, lo que provocó que cientos de personas visiten desde el pasado lunes hogar para conocer el raro caso.

Según Freddy Mabí, como es conocido el joven empresario, adquirió el animal en la comunidad de Los Mampurios, distrito municipal de San Francisco-Vicentillo, de El Seibo, para ponerlo cargar en su finca, pero descubrió que el caballo hermafrodita.

El dueño original del hermafrodita mamífero era el campesino Jesuito Mercedes, que decidió venderlo a Freddy Mabí, porque no soportaba que el raro animal en momento se le veía encaramado en una yegua haciendo sexo y luego se veía a un caballo encaramado sobre él,
cogiendo por detrás.En su nuevo hogar, el caballo es tratado con muchos sigilos
.

EL VETERINARIO
Jesús Zorrilla (Chuchy), médico veterinario que acudió a la rueda de prensa, dijo que el caballo tiene el aparato genital completo de ambos sexos, incluyendo el escroto o bolsa debajo y pezones o “tetase” para dar leche a las crías que pueda tener como madre.

Sostuvo que el hermafroditismo es formación antigua, que se cree nació en la formación de la tierra y que ha ido desapareciendo con la evolución de la vida animal en la tierra.
Una de las primeras medidas que adoptó el nuevo dueño fue cambiarle el nombre, llamándole “El Cabayegua”, una mezcla del nombre genérico caballo con la yegua que es la contraparte del macho.

Dijo que en las próximas horas tomará muestras de sangre para analizar sus niveles de cromosomas y determinar exactamente su sexo.
El hermafroditismo se da cuando un mismo ser vivo tiene los aparatos sexuales masculino y femenino o un aparato mixto, pero capaz de producir gametos masculinos y femeninos al mismo tiempo.

Aunque los seres vivos hermafroditas producen los dos tipos de gametos, rara vez se fecundan a sí mismos.

En las plantas sucede lo mismo, pues aunque las flores poseen los dos sexos, los gametos maduran a distinto tiempo, por lo que se requiere una polinización cruzada para llevar a cabo la fecundación.

Este es el caso de la mayoría de las plantas con flores y de algunos animales como por ejemplo, caracoles y lombrices de tierra.

Algunos peces son hermafroditas e incluso pueden cambiar de sexo iniciando su vida como hembras y, después de procrear varias veces, se transforman en machos.

El hermafroditismo se considera como un indicio de reproducción más primitiva que la unisexualidad, como lo demuestra su frecuencia entre organismos inferiores y la progresiva separación de sexos a medida que avanzamos en la escala evolutiva animal.

Existen diferentes casos que son similares al hermafroditismo en la especie humana.

Uno de los casos más famosos fue el de Herculine Barbin. El término más correcto para referirse a una persona con estas condiciones es intersexual; no obstante, en humanos no hay ningún caso constatado médicamente de auténtico hermafroditismo (es decir, con la capacidad de producir óvulos y espermatozoides al mismo tiempo.

Androginia es la cualidad de las personas cuyos rasgos externos no son propios ni del sexo masculino ni femenino, entrando así en un término medio.

El término fue mencionado por primera vez por Platón, que en su obra El Banquete menciona a un ser especial que reunía en su cuerpo el sexo masculino y el femenino y/o masculino-masculino y femenino-femenino.

Según cuenta el mito, estos seres intentaron invadir el Monte Olimpo, lugar donde viven los dioses, y Zeus, al percatarse de esto, les lanzó un rayo, quedando éstos divididos. Desde entonces, se dice que el hombre y la mujer andan por la vida buscando su otra mitad.

Este mito daría explicación a la homosexualidad y heterosexualidad en la antigüedad ya que según el cuento también habría andróginos compuestos por lo que serían dos hombres y andróginos integrados por dos mujeres.

Muchas veces habrás escuchado una teoría que interpreta el amor como una fuerza que empuja a una persona a buscar su complemento psicológico en la relación de pareja con otra persona (su "media naranja").

Para apoyar tal teoría se suele aludir al mito del andrógino que el filósofo ateniense Platón explica en su obra El Banquete:
Te habrán contado, pues, probablemente, muchas veces, que Platón nos relata cómo en otro tiempo existía una clase particular de ser humano que se llamaba andrógino; este ser reunía en sí a los dos sexos: el sexo femenino y el sexo masculino.

Los seres humanos tenían formas redondeadas: la espalda y los costados colocados en círculo. Contaban con cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros y una sola cabeza.

Tales cuerpos resultaban muy vigorosos y concibieron la idea de combatir a los dioses. Zeus, entonces, planeó un medio para debilitar a los seres humanos: dividirlos en dos. Desde entonces los humanos tuvieron que caminar sólo con dos piernas. Hecha esta división, cada mitad hace esfuerzos para encontrar a su otra mitad.

Cada uno de nosotros, diría Platón, "no es más que una mitad de ser humano, que ha sido separada de su todo como se divide una hoja en dos."

En el desarrollo de la cultura occidental posterior a la cultura griega se ha utilizado el mito del andrógino descrito por Platón para justificar la necesidad de complementación psicológica que los varones y las mujeres tienen entre sí.

Para establecer una relación de pareja, se llegó a afirmar alguna vez, que un varón necesita a una mujer; y una mujer necesita a un varón.

Implícita, o explícitamente, se eliminan otras relaciones de pareja: si un varón, por ejemplo, no busca una complementación en una relación con una mujer, se afirmaba en el pasado, le faltaría algo. Y aquí se vuelve a apelar a la necesidad mutua que los varones y las mujeres tienen entre sí señalada por el mito del gran filósofo ateniense.

El mito del andrógino completo
Lo paradójico es que en el mito del andrógino descrito por Platón la clase de andrógino compuesto por un cuerpo de hombre y un cuerpo de mujer sólo es una de las tres clases que enumera Platón.

El filósofo de Atenas habla además de un andrógino compuesto - antes de la separación - por dos cuerpos de hombre. También nos habla de un andrógino compuesto - antes de la separación- por dos cuerpos de mujer.

Así, siguiendo el mito completo, después de la separación que como castigo aplicó Zeus, unos varones buscan a su mitad, que son mujeres. Unas mujeres buscan a su mitad, que son varones. Unos hombres buscan a su mitad, que son también hombres. Y otras mujeres buscan a su mitad, que son también mujeres. Dice Platón:

«A las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribades.

Del mismo modo, los hombres que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino... Si se casan y tienen familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga» (PLATÓN, Simposio (Banquete) o de la Erótica, ed. F. Larroyo, México, 1979, p. 364).

En conclusión: el mito del andrógino que Platón desarrolla supone una explicación -como todo mito- vital y emocional de las relaciones de pareja tanto heterosexuales, como homosexuales.

Una cultura heterosexista, sin embargo, lo ha utilizado para dar validez sólo a las relaciones heterosexuales, y, no pocas veces, incluso, como arma arrojadiza contra las relaciones homosexuales. En este último caso resulta llamativo que se utilice un texto de Platón contra un tipo de relaciones que el propio filósofo exaltaba y mantenía.

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