El obispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, escucha al obispo católico de Westminster, Vicent Nichols, duranteuna conferencia de prensa, ayer en Londres. |
Washington.- El Vaticano anunció ayer su disposición a acoger en la Iglesia Católica a los anglicanos que así lo deseen y para ello ha aprobado una Constitución Apostólica (norma de máximo rango) que contempla la concesión de una prelatura personal, similar a la del Opus Dei y a los Ordinariatos Castrenses.
El cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirmó que la iniciativa “se ha debido al deseo de varios grupos de anglicanos de compartir la común fe católica, como expresa el Catecismo de la Iglesia Católica y de aceptar el ministerio petrino como un elemento querido por Cristo para la Iglesia”.
Cisma del 1531
La Iglesia de Inglaterra surgió en 1531 tras el cisma provocado por la disputa entre el rey Enrique VIII con Roma a raíz de su divorcio de Catalina de Aragón, su primera esposa e hija de los Reyes Católicos de España.En 1531 el rey se hizo reconocer jefe de la Iglesia de Inglaterra mediante la promulgación de la denominada Acta Suprema que consagraba la separación de la Iglesia Anglicana de la obediencia del Papa.
El anglicanismo y su contrapartida norteamericana, el episcopalianismo, son las ramas protestantes más cercanas al catolicismo de Roma.
Pese a los desencuentros dogmáticos y a que en 1896 el Papa León XIII negó mediante la bula Apostolicae Curae la validez de las ordenaciones anglicanas, el diálogo entre ambas iglesias, aunque con altibajos, nunca se ha interrumpido.
Sin embargo, el impulso más importante se dio a raíz del Concilio Vaticano II, durante el Pontificado de Juan XXIII.
Una Declaración conjunta firmada en 1966 por la que católicos y anglicanos se comprometen a buscar soluciones.
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