Urbanización Italia (SDE).- Solo una de las personas que nos escribió se equivó, el resto, acertó: el bebé que les mostramos durante todo el día lunes es Juan Manuel, el hijo del síndico Juan de los Santos y su esposa, Berlinesa Franco.
A los tres, junto a la madre de esta, Marta Domínguez, los encontramos cuando paseaban en el parque de la Urbanización Italia.
Resultó curioso ver a Juancito empujando el cochecito en el que llevaban al bebé.
Los tres resultaban, a la vista de todos, personas comunes y corrientes. Se desplazaban a uno y otro lado disfrutando de la belleza del parque que el síndico mandó construir.
A su paso, la gente se le acercaba y lo saludaba con afecto. Aprovechaban para decirle que "no hay felicidad completa. Allí hay un badén que está malo y hay que reconstruirlo".
Juancito sonreía y asentía. Les comentaba que "ya lo vi, voy a mandar a corregir ese problema".
El síndico lucia complacido. A la izquierda, la muchachada brincaba y saltaba en el área de juegos. Al frente suyo, una familia del entorno celebraba un cumpleaños. Algunos estadounidenses eran los invitados.
Juancito, Berlinesa y Juan Manuel se acercaron a la fiesta. No estaban invitados. Pero se acercaron. De allí salieron los dueños del festejo. Estaban sorprendidos. No daban crédito a lo que veían. Era el síndico, su esposa y su hijo en persona.
Allí aprovechamos para conversar de distintos temas. Cuando la gente se acercó a hacerse fotos y a saludar al síndico, la bellísima Berlinesa y yo aprovechamos para hacer un aparte. Nos comentó de la percepción que tiene Ciudad Oriental sobre ella. Tocamos brevemente otros temas.
Esa paseo de Juancito, Berlinesa y su hijo Juan Manuel, que ya tiene cuatro meses de nacido, le hace bien al alcalde. Lo acerca más a la gente.
Sobre todo, porque anda sin ese reguero de guardias y la gente, entonces, lo percibe como una persona de carne y hueso, alcanzable.
Cuando conversabamos aproveché para preguntarle a Juancito como fue que enamoró a Berlinesa.¿Qué le dijo? ¿Qué le regaló?
Nada, el tipo no soltó prenda. No quiso decir nada y, en algún momento, dijo que no sabía quién enamoró a quién.
A Berlinesaa le pregunté si Juancito era mujeriego. Ella dio por seguro que no, que es un hombre fiel y la suegra estaba encantada con su nuero.
A propósito, después de ver a la madre de Berlinesa, entendimos porqué esta muchacha es tan bella.
Después, cuando se hizo de noche, la familia se marchó. La gente del entorno los percibía como uno de los suyos, de carne y hueso.
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