Los seres humanos nacen para morir. Pasan desapercibidos o son entes de recuerdos positivos de acuerdo con lo que ha sido su transcurrir por la vida.
Quilvio Cabrera Mena murió para seguir vivo.
Hombre que simbolizaba la seriedad, funcionario honesto, amigo leal, trabajador incansable.
Las carreteras de
Nunca estuvo a favor de nadie. Simplemente del que tuviera la razón.
Sus familiares, sus colaboradores, el personal del Instituto Agrario Dominicano, los miembros de su Movimiento Ciudadano Real con Leonel, que sembró raíces en su pensamiento, y cuya cosecha se ha extendido a todos los rincones del país, jamás lo olvidaremos.
Su muerte enluta a todos, su trayectoria nos permitirá decir con firmeza que sigue vivo.
QUILVIO, hasta siempre. Sabemos que en estos momentos estas cerca del Señor, quien bendecirá tu existencia para siempre.
QUILVIO HA MUERTO, QUILVIO VIVE.-
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