El candidato demócrata lo negó, y argumentó que está en favor de reducciones fiscales para el 95% de todos los estadounidenses.
“A nadie le gustan los impuestos”, señaló Obama durante un intercambio de opiniones al inicio del tercer y último debate presidencial de una campaña que se acerca a su final. “Pero a fin de cuentas tenemos que pagar por las inversiones medulares necesarias para la economía”.
“Si a nadie le gustan los impuestos, no se los aumentemos a nadie, ®está biené”, respondió McCain riendo.
McCain, ansioso por acentuar sus diferencias con un presidente impopular, señaló que está decepcionado porque el gobierno de George W. Bush no ha adoptado la propuesta de 300,000 millones de dólares que hizo el candidato republicano para renegociar créditos hipotecarios de forma que los propietarios de viviendas puedan conservarlas.
“Senador Obama, yo no soy el presidente Bush”, subrayó en otro punto. “Si usted quería enfrentarse al presidente Bush, debió haberse postulado hace cuatro años”.
Obama dijo que está de acuerdo en que el gobierno debe ayudar a los propietarios de vivienda atrapados en la crisis económica actual, pero agregó que “la manera en que el senador McCain ha diseñado su plan podría ser una ganga para los bancos”.
El debate en la Universidad Hofstra es el último encuentro para los rivales de los dos principales partidos.
A diferencia de sus dos debates previos, McCain y Obama se sentaron a una mesa, reunidos con el moderador Bob Schieffer, de la cadena de televisión CBS.
McCain ha caído en las encuestas ante su adversario en las últimas semanas, un período marcado no sólo por su serie de debates, sin también por la peor crisis económica desde la Gran Depresión.
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