miércoles, 25 de marzo de 2009

“Alemán” insiste cura el sida y el cáncer

Nació en Tamayo hace 65 años y no en Alemania, y nunca ha ingresado a una universidad para estudiar medicina, el llamado “médico alemán” que dice tener 18 años curando el VIH, el cáncer, padecimientos de la próstata, de los riñones y otras enfermedades.

Franklin Beltré Henríquez aclaró que no es médico ni pretende serlo, aunque sí es técnico dental y construye prótesis para personas que las necesitan, en un modesto local en la avenida Padre Castellanos (antigua 17) próximo a la calle Yolanda Guzmán.

Explicó que le dicen “el médico” por ser técnico dental y El Alemán como apodo, por un carro Pontiac Le Mans que tuvo, luego de llegar a Santo Domingo desde Tamayo en 1961.

“Yo preparo un galón, no una botella, con varios ingredientes que no revelo a nadie, con el cual yo curo el Sida, el cáncer, la próstata y los riñones”, dijo El Alemán a periodistas de El Nacional.

Beltré vive en la segunda planta de un edificio de tres niveles que le cedió Domingo Pereyra Mejía, padrastro de una joven que fue su esposa, y de quien está separado hace diez meses.

Explicó que sus conocimientos para curar los ha obtenido leyendo libros sobre medicina natural y alternativa, de los cuales tiene más de 20 en su dormitorio, donde guarda fotos familiares y algunas leyendas de carácter religioso.

De baja estatura y hablar pausado, El Alemán dice que comenzó a curar el Sida hace 18 años y que a partir de entonces ha curado muchas personas, entre ellas Francisca Sepúlveda Martínez, a quien le diagnosticaron VIH el 18 de diciembre del 2001.

Reveló que durante cuatro años Altagracia padeció de Sida hasta que él la curó con la pócima que prepara y sobre la cual no ofrece información a ninguna persona.

El Alemán explicó que Altagracia acudió luego al Centro Médico Nueva Esperanza donde comprobaron que el Sida había desaparecido y que ya no estaba infectada con VIH, según dijo consta en exámenes médicos que le fueron practicados el 2 de octubre del 2005.

“Ahí también está el caso de Manuel, un dominicano que vino deportado de Puerto Rico, y que pesaba como 105 libras, que hoy anda por ahí manejando una patana, totalmente sano”, dijo Beltré Henríquez.

También citó el caso de un hombre conocido como Pío con cáncer de próstata y el de la suegra de éste que padecía de cáncer, a quienes afirmó curó con la pócima que prepara.

Beltré Henríquez aclara que no cobra dinero por la bebida que entrega a las personas enfermas y que recibe lo que la gente quiera darle “porque esto no es para buscar cuartos, sino para ayudar”.

El Alemán, quien dice haber comido muchas “viajacas”, (tilapia muy abundante en la laguna de Cabral), está divorciado, es padre de 15 hijos, pero sólo vive con el más pequeño, que tiene 22 años.

Explicó que mucha gente se enferma por lo que come y que el corazón no se enferma ni duele, sino que la sangre se contamina por los productos químicos que ingerimos que en su opinión hacen daño al organismo.

El Alemán opinó que mucha gente recurre a personas como él para curarse de ciertas enfermedades porque en muchos casos los médicos no logran sanar esos padecimientos.

Dijo que a pesar de la incredulidad está dispuesto a demostrar que su pócima ha logrado curar a numerosas personas del VIH, cáncer, enfermedades de la próstata y de los riñones.

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