El símbolo de la ciudad, la torre de 324 metros a orillas del Sena construida hace 120 años, se quedó sin iluminación durante cinco minutos y no centelleó a las 21:00 horas locales (20:00 GMT) como lo hace habitualmente.
La Torre Eiffel fue la excepción en cuanto a la duración del apagón pero sí creó una situación insólita entre los parisinos y los visitantes de la ciudad, que pudieron ver en silueta oscurecida un monumento que destaca todos los días precisamente por brillar en el horizonte de la capital francesa.
Pero el resto de los monumentos permaneció una hora sin iluminación según la orden dada por el Ayuntamiento de París, que animó además a los habitantes de la "ciudad luz" a prescindir durante una hora de la iluminación en sus domicilios.
"París es solidaria con esta operación. Con el simple gesto de apagar sus luces durante sesenta minutos, ayude a quienes tienen que la potestad de decidir a apostar por un mundo que reoriente los desajustes climáticos", proclamó el Ayuntamiento capitalino.
En la lista de edificios "apagados" esta noche estaban además el propio edificio del Ayuntamiento, la catedral de Notre Dame, las plazas de Vendôme y de los Vosgos, el Teatro del Châtelet y la cúpula de los Inválidos, bajo la cual está enterrado Napoleón.
Pero también los puentes del Sena, la Plaza de la Concordia y la Opera Garnier dejaron de reflejar la luz eléctrica en sus dorados, lo mismo que el estadio del Parque de los Príncipes y las sedes de las alcaldías de distrito de la ciudad.
"Esta hora será el símbolo y la promesa del compromiso de París a favor de un mejor control de la energía y de un desarrollo más respetuoso de nuestro planeta", afirmó la alcaldía en su página en internet, que además colgó un mensaje del alcalde, Bertrand Delanoe, en apoyo del "apagón".
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